Ser pasajero en un automóvil que se conduce solo es parecido a tener de chofer a una persona muy precavida, tal vez a la abuela, reportó la Agencia AP.
El vehículo de Nissan Motor Co. que circula por Japón no tiene manos en el volante ni pies sobre el pedal, en su lugar tiene radares, láseres, cámaras y chips de computadora.
La “conducción inteligente” de Nissan es capaz de andar en cruces sin carriles marcados. También frena completamente sin impactar con el auto de adelante y distingue entre una luz roja en el semáforo y la luz trasera de otro vehículo.
Periodistas participaron el martes en un paseo de media hora a bordo del prototipo en un trayecto preprogramado en Tokio, en el que se incluyó detenerse en semáforos, dar vueltas, cambiar de carril y cruzar el puente sobre la bahía.
Siempre se mantuvo dentro de los límites de velocidad y mientras reducía de velocidad parecía “pensar” situaciones medianamente complejas, como la posibilidad de autos en sentido contrario.
Nissan, que también fabrica el modelo de lujo de Infiniti y el subcompacto March, prepara una opción de conducción autónoma para sus modelos que salgan a la venta en 2020.
Planea tener versiones más sencillas de la tecnología a partir del año entrante, tal como mantener una distancia segura con otros vehículos en vías congestionadas.
El vehículo que probó The Associated Press sigue siendo incapaz de lidiar con situaciones inesperadas, como moverse a un lado en caso de que venga una ambulancia. En un momento, el conductor humano, que se mantuvo en el asiento durante todo el camino, tuvo que intervenir porque el coche no reconoció debidamente un carril mal dibujado.
El gerente general de Nissan, Tetsuya Iijima, quien fue el conductor humano durante el paseo de prueba, reconoció que el sistema necesita afinarse. Pero se mostró optimista sobre que el camino al futuro es ofrecer autos más seguros, ya que el 90% de los accidentes de tránsito están provocados por errores humanos.
Cuando se compara con un humano, el prototipo de Nissan tiene apenas 3 o 4 años de edad, 6 máximo, y la meta es ayudarlo a madurar hasta convertirse en un joven de 20, comentó Iijima.
“Es un niño”, dijo. “Necesitamos ayudarlo a que entienda al mundo”.