A partir de la próxima semana la producción, venta y uso de la marihuana con fines medicinales será legal en Colombia mediante un decreto que firmará el presidente Juan Manuel Santos y el cual autoriza incluso la exportación de esa droga y sus derivados para fines terapéuticos.
El decreto, que será sancionado por el presidente entre el lunes y miércoles próximos, tiene como propósito reglamentar la tenencia y cultivo de semillas y plantas de cannabis, así como “regular los procesos de producción, fabricación, exportación, distribución, comercio, uso y tenencia de éstos y sus derivados”.
El documento, divulgado por el Ministerio de Salud de Colombia para que los ciudadanos y las instituciones se pronuncien sobre el mismo, señala que esto será para “fines estrictamente médicos y científicos”.
La legalización de la mariguana con fines terapéuticos fue posible por una ley de 1986 que faculta al Ministerio de Salud a reglamentar y controlar la producción, comercialización y uso de estupefacientes que se destinen a usos médicos.
“Nos hacía falta la reglamentación y con este decreto la tenemos, con lo que la mariguana podrá usarse en Colombia para fines terapéuticos. No estamos legalizando el uso de la mariguana, solo de sus aplicaciones y derivados medicinales”, señaló este viernes en una rueda de prensa el ministro de Salud, Alejandro Gaviria.
El decreto, que está firmado por Gaviria y los ministros de Justicia, Yesid Reyes, y de Agricultura, Aurelio Iragorri, y que será sancionado por Santos para su expedición, prevé el otorgamiento de licencias a particulares y empresas para explotar la mariguana para usos terapéuticos.
Estos podrán fabricar toda clase de productos de cannabis y sus derivados –cremas, aceites, pomadas e infusiones, entre otros— y podrán exportarlos a países donde es legal su comercialización, como Alemania, Canadá, Holanda, República Checa y Uruguay.
Los ministerios de Agricultura, Salud y Justicia estiman que en cinco años más Colombia podría exportar unos 2 mil millones de dólares anuales de cannabis medicinas y sus derivados, lo mismo que exportó el país en flores y banano el año pasado.
La politóloga y especialista en políticas de drogas, María Victoria Llorente, dice a Proceso que la despenalización del cannabis medicinal es un primer paso en el cambio de paradigmas de la guerra contra los estupefacientes en la región, la cual causa miles de muertos cada año y genera violencia extrema en varios países.
“Hay un debate hemisférico de este tema, en Colombia, en México, en Uruguay, pero es un debate de largo aliento en el que estamos dando los primeros pasos”, afirma la directora ejecutiva de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
Afirma que América Latina ha sido “muy conservadora en este tema, pero esto puede cambiar en la medida en que nos decidimos a enfrentemos a inconsistencias como las que se dan en Estados Unidos, que alienta una política prohibicionista fuera de sus fronteras pero en el interior el prohibicionismo es muy relativo”.
En los hechos, 23 estados de la Unión Americana tienen mercados legales de mariguana para uso medicinal y 17 despenalizaron la posesión personal de esa droga para fines recreativos. Su producción, tráfico y venta para cualquier uso –igual que el del alcohol o los cigarrillos– están permitidos en Colorado, Washington, Oregon y Alaska, así como en la ciudad de Washington, la capital estadounidense.
Colombia es un país que parece cada vez más decidido a dar pasos hacia un cambio en las políticas antidrogas.
En lo que constituye un deslinde de la estrategia antidrogas –enfáticamente represiva– que ha impulsado Estados Unidos en América Latina, el gobierno colombiano decidió en mayo pasado suspender la aspersión de los cultivos de hoja de coca con glifosato, un herbicida que puede causar cáncer y provoca estragos en el medio ambiente.
La medida fue adoptada a pesar de la presión que ejercieron funcionarios estadounidenses sobre el gobierno colombiano para mantener las fumigaciones con ese producto químico.
La legalización de la mariguana para usos medicinales mediante el decreto que firmará Santos será elevada a rango de ley mediante una iniciativa que promueve el senador del gobernante Partido Liberal, Juan Manuel Galán, en la que se establecerá un sistema especial de tarifas y tributos a los que exploten comercialmente esa droga con fines terapéuticos.
“Esta es una iniciativa que está en trámite y que, según el cronograma legislativo, puede ser aprobada en mayo del próximo año porque tenemos la mayoría”, dice a Apro Galán.
La reglamentación de la mariguana medicinal establece 14 requisitos que los interesados en cultivar esa droga deben acreditar ante el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE), entre ellos certificado de no antecedentes penales y la descripción y tamaño de los sembradíos, que no podrán abarcar grandes extensiones.
Los aspirantes a fabricar los medicamentos con base en cannabis deberán demostrar que cuentan con los laboratorios especializados para hacerlo y con el conocimiento profesional que requiere esa actividad.
Un estudio del Ministerio de Salud sobre el uso terapéutico de la mariguana señala que “no hay evidencia definitiva que muestre que esa droga es una puerta de entrada al consumo de otras sustancias ilícitas”.
Menciona que en Estados Unidos el tabaco mata cada año a 440 mil personas, el alcohol a 100 mil y las drogas ilícitas combinadas a 25 mil.
La virtual legalización de la mariguana medicinal en Colombia ha desatado una encendida polémica en la que el ultraconservador procurador general Alejandro Ordoñez aparece como el principal crítico.
“Esto es parte de una política pública que debilita la lucha contra las drogas y amenaza a los ciudadanos, y es parte de una tendencia a la legación de las drogas”, afirmó.
El exfiscal Guillermo Mendoza Diago advirtió que la nueva medida “no puede ser una disculpa para que la gente ande con su bolsa de mariguana en gran cantidad aduciendo que tiene enfermedades”.
Según estudios científicos, el cannabis puede ayudar a combatir padecimientos como el dolor severo causado por el cáncer y otras enfermedades; el párkinson, la epilepsia, el glaucoma, el asma y las náuseas.
Proceso