La historia de la francesa Isobel Bowdery dio la vuelta al mundo luego de que la joven publicara en su perfil de Facebook una narración de la tragedia que le tocó vivir el pasado viernes 13 de noviembre en el teatro Bataclan, París, donde fingió estar muerta para no ser asesinada en el atentado terrorista del Estado Islámico que dejó 129 muertos, informó SDP.
“Estaba tirada en la sangre de extraños esperando mi bala para terminar mis meros 22 años, me imaginé todos los rostros que he amado y suspiré ‘te amo’ una y otra vez”, escribió la chica. Y agregó:
“Nunca piensas que te va a pasar. Era un viernes por la noche en un concierto de rock. El ambiente era tan feliz y todo el mundo estaba bailando y sonriendo, y luego, cuando los hombres llegaron a través de la entrada principal y comenzaron los disparos, ingenuamente creíamos que todo era parte del espectáculo. No fue sólo un ataque terrorista, fue una masacre”, aseguró Bowdery.
Esa noche, la muchacha se vio forzada a reducir el movimiento de su respiración durante más de una hora para salir viva milagrosamente.
“Las imágenes de esos hombres circulando como buitres van a atormentarme por el resto de mi vida. La forma en que meticulosamente dirigían sus disparos a la zona donde la gente estaba de pie sin ninguna consideración por la vida humana, no se sentía real. Esperaba que alguien me diga que fue sólo una pesadilla”, expresó en Facebook.
El relato de Bowdery termina con una invitación a las víctimas que no fueron asesinadas a “vivir las vidas de aquellas personas inocentes que lamentablemente ya no podrán cumplr”, ya que este fue un hecho que cambió su forma de ver el mundo para siempre.
“Pero ser sobreviviente de este horror me permite ser capaz de arrojar luz sobre los héroes. Para el hombre que me tranquilizó y puso su vida en riesgo para tratar de cubrir mi cerebro mientras yo gemía, a la pareja cuyas última palabras de amor me mantuvieron creyendo el bien en el mundo, a la Policía que realizó el rescate de cientos de personas, a los desconocidos que me recogieron en la carretera y me consolaron durante los 45 minutos porque realmente creía que el chico que amaba estaba muerto, al hombre herido que yo había confundido con él y luego de reconocer que él no era Amaury me agarró y me dijo que todo iba a estar bien, a pesar de estar solo y asustado, a la mujer que abrió sus puertas a los sobrevivientes, a la amiga que me ofreció refugio y se fue a comprar ropa nueva, así no tenía que llevar esta ropa con sangre manchada. A todos ustedes que han enviado mensajes de apoyo, ustedes me hacen creer que este mundo tiene el potencial para ser mejor. Nunca hay que dejar que esto suceda de nuevo”.