En 1983 se reportó el primer caso de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida en México; desde entonces a la fecha existe un acumulado de 178 mil 591 notificados con sida. La cifra actual de personas con ese padecimiento que están vivas es de 68 mil 178, así como 56 mil 540 con virus de inmunodeficiencia humana (VIH), indicó Patricia Volkow Fernández, académica de la Facultad de Medicina (FM).
La epidemia en el sector femenino va en incremento, hoy representa 21 por ciento de los casos de infectados por VIH. “El problema es que no se identifican en riesgo y no sólo no se protegen, ni siquiera se les ocurre que podrían estar infectadas, por lo que su diagnóstico es tardío”.
Además, el sida es la octava causa de muerte en los estados del sur y centro del país, así como la sexta en el norte. En promedio, 104 mil personas reciben tratamiento antirretroviral en el sector salud y unos siete mil 500 casos nuevos ingresan cada año para recibirlo.
En la actualidad, prosiguió la universitaria, se han logrado avances importantes para el control de esta epidemia gracias al acceso a esos tratamientos.
Sin embargo, en el país aún existen asignaturas pendientes, en particular la prevención de la transmisión por la vía perinatal. “En 2014 más de 100 niños nacieron infectados con VIH, y en lo que va del presente año se han registrado alrededor de 90”.
Volkow Fernández puntualizó que la única manera de evitar que una madre contagie a su hijo es que sepa que es portadora, y ello sólo se logra al realizarse la prueba durante el embarazo. Si resulta positiva, se requiere un paquete de intervenciones que va desde el tratamiento antirretroviral para ella, el manejo adecuado en el momento del parto y proporcionar medicamento al recién nacido en el primer mes de vida.
En ocasión del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se conmemora este 1 de diciembre, la profesora del curso de posgrado de Infectología de la FM advirtió que una mujer con VIH (agente causal del sida) no debe amamantar a su bebé, por lo que también debe utilizar sustitutos de leche materna durante los dos primeros años de vida, por lo menos.
Si bien en el país existe gente comprometida con la lucha contra esta epidemia, “claramente el sida nos lleva la delantera; nos faltan esfuerzos para crear infraestructura humana orientada a combatirla, es decir, especialistas en el manejo y atención del VIH –médicos, psicólogos, nutriólogos y trabajadores sociales– que hagan posible que los esfuerzos económicos millonarios que representa la compra de medicamentos antirretrovirales para más de 100 mil personas que los reciben, redunden en beneficios para la salud de los infectados y de la comunidad en general”.
En México la principal vía de transmisión es la sexual, en particular en hombres que tienen sexo con hombres. En el caso de las mujeres, el contagio se origina por vía heterosexual, “más de 90 por ciento de las infectadas adquirieron el virus de su pareja estable”.
Los jóvenes también representan un grupo vulnerable, pues son más susceptibles a mantener relaciones sexuales sin protección; además, entre ellos se ha incrementado el consumo de sustancias psicoactivas, y “una vez alcoholizados o intoxicados no hay conciencia para protegerse, y ni siquiera se acuerdan de lo que hicieron o con quién lo hicieron”.
De igual manera, subrayó, un problema creciente en la frontera norte es la transmisión por vía intravenosa en usuarios de drogas que comparten jeringas. “Existen pequeños focos de este problema en el centro del país, una alerta de que empieza a crecer”.
Epidemia heterogénea
En nuestro territorio esta epidemia no es homogénea, sino heterogénea; es decir, en el sur es predominantemente heterosexual y la proporción de infectados es casi de dos hombres por una mujer, mientras que en el centro y norte es mayor la proporción de varones contagiados.
Además, hay un gran número de personas no diagnosticadas o que ignoran ser portadoras, por lo que se estableció el 27 de noviembre como Día Nacional de la Prueba del VIH. “Un diagnóstico temprano, antes de desarrollar sida, representa una esperanza. Si los infectados reciben tratamiento antirretroviral y llevan una vida saludable, su sobrevida podría ser similar a la de una persona que no está en esa situación”.
En cuanto al Día Mundial de la Lucha contra el Sida, consideró que es una fecha importante porque visibiliza la epidemia como un problema vigente para el cual no existe cura. Desde que se identificó, en marzo del 1981, se han infectado 78 millones personas en el mundo, la mitad ya ha fallecido a consecuencia del síndrome.
De ahí la importancia de que la población comprenda que las medidas preventivas son importantes para evitar infecciones. “Eso se hace a través del autocuidado, el uso del condón durante la relaciones sexuales y eludir conductas de riesgo que no sólo implican las relaciones sexuales sin protección, sino también la intoxicación por drogas o alcohol”.