Veintisiete personas de la tercera edad a las que les practicaron cirugías de cataratas en la clínica privada Instituto de Salud Visual (Isvi) contrajeron una grave infección por una bacteria que les produjo ceguera, e incluso a uno le extrirparon un ojo.
Miguel Ángel Castillo Gutiérrez, coordinador de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), informó que tras la denuncia de los pacientes, ayer se realizó una inspección al Isvi en materia de sanidad, documentación y permisos.
Trascendió que la Secretaría de Salud clausurará la clínica, aunque aún no hay queja o denuncia penal de alguno de los perjudicados.
Los responsables del Isvi entregaron a la Cofepris un informe en el que dicen desconocer de dónde provino la bacteria y realizan una investigación interna para determinar que pasó, explicó Castillo Gutiérrez.
Detalló que esperarán los resultados de la investigación para determinar si se clausura o se aplica una sanción económica, pues se debe descartar que sea una bacteria que esté en el instrumental.
La tarde del jueves, un grupo de pacientes afectados expuso que con la ilusión de solucionar su problema de cataratas contactaron instituciones públicas como el Sistema Municipal de Desarrollo Integral de la Familia de Isla Mujeres, e incluso del programa Del Amor Nace la Vista, de la empresa Cinépolis.
Las víctimas de lo que se presume negligencia médica explicaron que se reunieron pacientes de comunidades mayas de la zona norte, entre ellas de Isla Mujeres, Lázaro Cárdenas y Cancún.
Natividad Méndez Rayón, de 67 años, habitante de Isla Mujeres, dijo: Estamos viviendo una pesadilla, es terrible lo que nos está pasando por negligencia.
A Hortensia Tepal Puc, de 65 años, también isleña, le quitaron el vítreo (líquido gelatinoso y transparente adherido a la retina) para ver si mejoraba; no hubo resultados positivos y el 15 de noviembre le quitaron el ojo.
La mayoría de las cirugías se hizo el 29 de octubre. A los tres días comenzaron los problemas. Todos terminaron contagiados con la bacteria seudomonas, propia de quirófanos contaminados, lo que provocó una endoftalmitis, que ataca el nervio óptico y a los 15 días pudre el ojo y empieza a brotar pus y sangre.
La clínica Isvi, ubicada en la supermanzana 310, manzana 141, lote 63, avenida Guayacán, cerca del fraccionamiento Palmaris (en el sureste de Cancún), se niega a reconocer el daño. Argumenta que los afectados, principalmente de Isla Mujeres, han dicho que la infección la contrajeron al cruzar de Cancún a la ínsula.
A casi mes y medio de las intervenciones, al menos a uno le extirparon un ojo porque tiene daños irreversibles. Los otros 26 siguen un tratamiento pero no mejoran, están ciegos. Lo más grave es que la bacteria podría alcanzar al cerebro y provocarles la muerte.
El diagnóstico médico dice que fue una reacción intraocular inflamatoria, compatible con infección y la promesa de un tratamiento especial para que no hubiera complicaciones.
Juan Pablo Olivares de Emparan, cirujano oftalmólogo con cédula 6673542, funcionario de la clínica, emitió oficios sin membrete el 17 de noviembre en los cuales indica: “El paciente regresó (…) y se le ha colocado antibiótico intravítreo en tres ocasiones, y antinflamatorios tópicos con evolución lenta hacia la resolución del cuadro infeccioso”.
La Jornada