Dicen que los gatos tienen nueve vidas, pues Leonardo DiCaprio, a sus 41 años, al menos tiene tres, pues en ese mismo número de ocasiones ha estado al borde de la muerte y ha salido bien librado de experiencias extremadamente peligrosas.
Según reveló el actor hollywoodense a la revista “Wired” ha estado muy cerca de perder la vida ante un tiburón, en un accidentado vuelo y al saltar en paracaídas.
“Mis amigos me han nombrado la persona con la que menos desean hacer aventuras extremas porque siempre parezco estar muy cerca de ser parte de un desastre”, confesó el actor a la publicación y agregó “si un gato tiene nueve vidas, creo que yo he usado unas cuantas”.
DiCaprio aseguró que en una ocasión, mientras se encontraba buceando en Sudáfrica, un tiburón blanco ingresó en la jaula en la que se encontraba, supuestamente seguro de cualquier peligro.
“La mitad de su cuerpo estaba en la jaula. El tiburón blanco trató de morderme y estaba a un brazo de distancia de mi cabeza”, recordó el protagonista de “The Revenant” (“El Renacido”), la más reciente película del director mexicano ganador del Oscar, Alejandro González Iñárritu.
Su segunda experiencia sucedió mientras estaba a bordo de un vuelo a Rusia.
“Estaba en clase ejecutiva, y un motor explotó frente a mis ojos. Estaba sentado ahí mirando el ala, y el ala entera explotó en una bola de fuego. Apagaron todos los motores por varios minutos. Luego prendieron nuevamente los motores y realizamos un aterrizaje de emergencia en el JFK”, destacó.
La tercera vez que casi pierde la vida ocurrió durante un lanzamiento en paracaídas.
“Jalamos el primer paracaídas. Estaba enredado. El tipo con el que estaba lo cortó. Ni siquiera pensé en el paracaídas extra, así que pensé que estábamos cayendo en picada a nuestra muerte,
“Jalamos el segundo (paracaídas) y también estaba enredado”, recordó el actor, asegurando que cuando finalmente se abrió, el sujeto con el que iba le dijo que se preparara, porque a la velocidad que estaban descendiendo, probablemente se fracturarían las piernas, algo que finalmente no pasó.
Aunque su papel en “The Revenant” no lo aproximó al más allá, aclaró que sin lugar a dudas fue una de las experiencias más difíciles de su vida, debido a las temperaturas congelantes en las que tuvo que filmar.
“Lo más difícil para mi fue entrar y salir de ríos congelados. Porque tenía una piel de alce y una de oso que pesaban como 100 libras cuando se mojaban. Y cada día era un reto no contraer hipotermia”, precisó.
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