Pensemos cuántas personas envían y leen mensajes que se han popularizado cada vez más, nos permite ir más al grano y, a la vez, pensarnos dos veces lo que decimos antes de darle al botón de “enviar”; pero sin duda se pierden matices, informó Muy Interesante.
Hemos encontrado maneras de suplir la información no verbal, algo a lo que no se tiene acceso a la hora de la comunicación por medio de mensajes: un emoji guiñando un ojo o partíéndose de risa, por ejemplo, nos ayudará a desdramatizar un texto que podría tomar demasiado en serio nuestro interlocutor.
Sin embargo, de acuerdo con expertos de la Universidad de Binghamtom, en Nueva York hay un signo ortográfico aparentemente neutro que parece terne una influencia expresiva importante: el punto.
En un estudio invitaron a 126 voluntarios a leer 16 intercambios de mensajes, donde en algunos la respuesta, monosilábica –Ok, vale, perfecto…–, se remataba con punto, y en otros no.
Los expertos les preguntaron a los participantes del experimento sobre las verdaderas intenciones de estos mensajes, mayoritariamente contestaron que los acabados con el escueto signo ortográfico redondo les parecían menos sinceros, mientras que las exclamaciones al final producían el efecto contrario.