Nada de sueño americano, lo que Andrés Guardado vive es un “sueño holandés” que se vuelve realidad día a día. Su llegada al Valencia, después de “picar piedra” en La Coruña era un paso al frente, paso que se vio truncado con las pocas actuaciones que tuvo con los Naranjeros. Se fue a Alemania, al Bayer Leverkusen, donde el técnico que lo pidió se fue al mes de su llegada.
Y llegó al Eindhoven, al PSV y ahí se ha vuelto ídolo. “Estoy encantado. La gente me quiere, reconoce mi trabajo, bueno, qué puedo decir”, comenta.
Andrés llegó al equipo holandés a petición expresa de su técnico, Phillip Cocu, y la afición lo adoptó de inmediato. “Uno trabaja para que la gente esté contenta, no digo que trabajo para que me reconozcan, pero si dan esas muestras… En serio, me siento feliz por el momento qué estoy viviendo”.