La gala de los premios Oscar, que se celebra esta madrugada en el teatro Dolby de Los Ángeles, parece que será una competición entre El renacido (12 nominaciones), Spotlight (seis) y La gran apuesta (cinco). Los Globos de Oro, los Bafta y el máximo galardón del Sindicato de Directores fueron para la primera; la segunda ganó el premio del Sindicato de Actores (la profesión mayoritaria entre los votantes de la Academia), y la tercera, el trofeo del Sindicato de Productores, que desde 2007 siempre ha coincidido con el premio de la Academia.
Sin embargo, en la ola victoriosa parece estar montado el drama prewestern de Alejandro González Iñárritu, encabezado por Leonardo —“ahora sí que me lo llevo”, parece tener inscrito— DiCaprio. Si el mexicano gana la estatuilla a la mejor dirección, sería el tercer cineasta en lograr dos seguidas, tras John Ford y Joseph L. Mankiewicz. Sumada la de Alfonso Cuarón con Gravity, México llevaría tres consecutivas. Puede que la Academia apueste en este apartado por George Miller y su Mad Max: furia en la carretera (10 candidaturas), como homenaje a un veterano que ha dado un bofetón a todas las siguientes generaciones de directores de acción, y deje a El renacido para el Oscar principal.
LOS PRINCIPALES NOMINADOS
-Mejor película
La gran apuesta.
El puente de los espías.
Brooklyn.
Mad Max: Furia en la carretera.
Marte.
El renacido.
La habitación.
Spotlight.
-Mejor dirección
Adam McKay (La gran apuesta).
George Miller (Mad Max: Furia en la carretera).
Alejandro G. Iñárritu (El renacido).
Lenny Abrahamson (La habitación).
Thomas McCarthy (Spotlight).
-Mejor actriz
Cate Blanchett (Carol).
Brie Larson (La habitación).
Jennifer Lawrence (Joy).
Charlotte Rampling (45 años).
Saoirse Ronan (Brooklyn).
-Mejor actor
Bryan Cranston (Trumbo).
Matt Damon (Marte).
Leonardo DiCaprio (El renacido).
Michael Fassbender (Steve Jobs).
Eddie Redmayne (La chica danesa).
Ha sido una campaña rara la de los Oscar 2016. Con momentos tan surrealistas como que un gran estudio tuviera que negar públicamente que un oso violaba en pantalla a la estrella de su película (sí, eso pasó). Es también la ceremonia del boicot, porque la Academia es maestra en el arte de pegarse un tiro en el pie. Con un maestro de ceremonias como Chris Rock, y con la posibilidad de que una película como Straight Outta Compton, sobre los inicios del grupo rapero NWA, entrara en las principales candidaturas, la temporada de premios se prometía tranquila en Hollywood, aplacando protestas sobre falta de diversidad étnica. Pero los propios académicos son mucho más conservadores que su institución, y la lectura de candidaturas prendió la mecha: a la ausencia endémica de mujeres en los puestos de mayor poder en el cine, se sumaba la blanquedad de las candidaturas a los Oscar. Un buen ejemplo de este desbarajuste es Creed: director y protagonistas negros sin candidatura, secundario blanco (Sylvester Stallone) finalista… y con grandes posibilidades de llevarse el Oscar.
Por mucho que en un esfuerzo final, la Academia haya cambiado sus reglas internas (para rejuvenecer la edad de sus miembros), el problema no es ese, sino Hollywood, como bien apuntaban voces autorizadas como Will Smith, excluidos de los Oscar: “No voy contra la Academia, aunque tenemos un problema. No podemos dejar que esta diversidad y esta belleza de lo diferente que cobija América se nos escape, y Hollywood tiene la responsabilidad de reflejarlo y de ser líder en la creación de contenidos diversos”. El último en sumarse al boicot es Anohni (antes Antony Hegarty), la cantante transgénero que no ha sido invitada a interpretar su canción candidata al Oscar.
Las apuestas seguras son Leonardo DiCaprio, Stallone y Brie Larson en la interpretación (actriz secundaria estará entre Kate Winslet y Alicia Vikander), el guion original de Spotlight y el adaptado de La gran apuesta; el director de fotografía Emmanuel Lubezki por su labor en El renacido (y ganaría el tercer oscar seguido); Amy, de Asif Kapadia, como mejor largo documental, y la húngara El hijo de Saúl, de László Nemes, a mejor película de habla extranjera. Y en el patio de butacas, una presencia extraña, la del Claude Lanzmann, el director de Shoah, el gran documental sobre el Holocausto: es el protagonista del corto documental favorito en su candidatura, y él mismo ha apoyado en diversas ocasiones el retrato del campo de exterminio de Auschwitz mostrado en El hijo de Saúl. Todo este cóctel será manejado por Chris Rock.
Fuente: El País