Dos obispos católicos que dirigían una diócesis en Pennsylvania contribuyeron a encubrir el abuso sexual de centenares de niños por parte de más de 50 sacerdotes o dirigentes religiosos durante un período de 40 años, según el informe de un jurado de investigación emitido ayer.
El informe de 147 páginas sobre abusos sexuales en la diócesis de Altoona-Johnstown se basó parcialmente en pruebas de un archivo diocesano secreto descubierto por medio de una orden de allanamiento ejecutada en agosto, dijo la procuradora general de Pennsylvania, Kathleen Kane.
“Estos depredadores violaron una confianza sagrada y cayeron encima de sus víctimas en los mismos lugares donde deberían haberse sentido más seguros”, dijo Kane en una declaración.
“Igualmente perturbador es el encubrimiento perpetrado por jerarcas religiosos que permitieron que este abuso continuara durante décadas”.
No se han entablado cargos penales en el caso porque algunos de los abusadores han muerto, el estatuto de prescripciones ha expirado y, en algunos casos, las víctimas están demasiado traumatizadas para atestiguar, afirmó.
El informe es especialmente crítico de los obispos James Hogan y Jospeh Adamec. Hogan, que dirigió la diócesis de 1966 a 1986, murió en 2005. Adamec, que lo sucedió, se retiró en 2011.
Adamec esgrimió posible autoincriminación para negarse a atestiguar ante el jurado de investigación en noviembre, pero en un legajo judicial, su abogado dijo que son infundadas las acusaciones contra el obispo de 80 años.
Adamec exigió que 14 sacerdotes acusados durante su mandato se sometieran a evaluación siquiátrica, dice el legajo. Nueve de ellos fueron suspendidos o removidos del sacerdocio y los cinco que fueron repuestos nunca reincidieron, escribió el abogado.
“El manejo que hizo el obispo Adamec de las denuncias de abusos no se asemeja a ningún otro escándalo de abusos de religiosos”, agregó.
El obispo actual, Mark Bartchak, no está acusado de ninguna irregularidad. Recientemente suspendió a varios sacerdotes mencionados entre los posibles abusadores según el informe, aunque el jurado de investigación manifestó su preocupación de que “la purga de abusadores tarde tanto”.
La crisis de abusos sexuales estalló en 2002, cuando The Boston Globe persuadió a un juez a abrir los archivos sellados de la arquidiócesis de Boston en el caso de un sacerdote pederasta que había sido transferido por obispos de una a otra parroquia sin advertir ni a los padres ni a las autoridades civiles.
Información de Associated Pres