La 88ª edición de los Oscar dejó un momento bastante lamentable para la posteridad: caras largas y falta de aplausos mientras la premiada por el Mejor diseño de vestuario, Jenny Beaver, se dirigía al escenario para recoger su estatuilla.
El video del momento, en se puede ver al director mexicano Alejandro González Iñárritu cruzado de brazos, dio la vuelta al mundo. Se interpretó que muchos desaprobaban el atuendo que Beaver había elegido para la gala: una cazadora motera, fular y botas que, según ella misma explicó después, se trataba de un homenaje a la película por la que estaba nominada, Mad Max: furia en la carretera.
“Soy una persona de vaqueros. Tengo ropa para ir arreglada, pero fue algo muy consciente no ir con un simple traje negro […] En realidad, lo cierto es que me vieron. Soy baja, soy gorda. Estaría ridícula en un vestido de fiesta”, argumentó la diseñadora en The Hollywood Reporter, donde también aseguró que no le importó lo más mínimo que no le aplaudieran.
Este jueves, Iñárritu se desmarcó de la polémica. Lo hizo con un comunicado que envió The Guardian en el que afirmaba que “Jenny Beavan es una magnífica diseñadora de vestuario y muy merecedora del Oscar”. Sin embargo, según el director “editar y omitir la realidad y sugerir que siento algo que no sea admiración es mezquino y falso. Lo que no se ve en el clip de 10 segundos que circula es mi aplauso a Jenny mientras ella subía al escenario”.
¿Qué ha aprendido Iñárritu de esta desagradable polémica? Según sus propias palabras, “mucho”, como que “nunca debería cruzar sus brazos cuando estoy sentado”.
Sin Embargo