Luego de que las autoridades informaran que el joven Edwin Juárez Palma, de 24 años, fuera asesinado en un ritual de iniciación satánica, el arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, señaló que duda que éste haya sido el motivo del homicidio y atribuyó el hecho a las “lacras” o males propios de la sociedad.
Pese a no conocer con profundidad el caso, manifestó que “si es o no una secta satánica, que lo dudo, son revolturas de tantas lacras que ahora tiene nuestra sociedad que van en detrimento de la misma, como la drogadicción, la depresión, tantos males que tenemos en la vida actual; es lamentable que en vez de querer la vida, algunos, gracias a dios son pocos, amen u opten por querer a muerte”.
En este sentido, el Arzobispo indicó que hasta la fecha no se han registrado casos de satanimso o posesiones diabólicas en la Arquidiócesis de Chihuahua, por lo que cree que el caso de
Piwa, desde una perspectiva teológica, psicológica y sociológica, tiene que ver con la pérdida de valores, los vicios y la falta de unidad familiar que han llevado a las personas, sobre todo jóvenes, a los límites en busca de experiencias raras o extraordinarias.
“No se han dado en la Arquidiócesis posesiones diabólicas, son experiencias de gente que se pone a jugar con el diblo, pero nunca se debe jugar él porque el diablo siempre gana, lo que hay que hacer es ponrle adelante nuestro esfuerzo y la gracia de dios que vive en nosotros”, subrayó Miranda.
Finalmente, destacó la importancia que tiene la familia en la vida de todos, ya que en ella se encuentra un pilar y una guía para hacer frente a los grandes retos y pesares de la vida por lo que llamó a todos los chihuahuenses a mantener la cercanía con los padres, los hijos y los hermanos para no caer en acciones nocivas para uno mismo y quienes nos rodean.