Chivas ganó su primer partido en el torneo Clausura el pasado fin de semana, pero su crisis se mantiene tan fuerte que en la semana previa al Clásico Nacional se habló más de cuestiones extra cancha y de su eliminación en la Copa MX que de una mejoría. Las condiciones volverán a ser negativas al momento de cruzarse con su rival más odiado.
Un supuesto acto de indisciplina de Carlos Peña, la rescisión del contrato de Ángel Reyna y la derrota frente a Dorados, que le impedirá refrendar su corona en la Copa, ensuciaron una semana que debió ser más tranquila con su triunfo ante Gallos; es decir, no llegará como hubiera deseado al partido frente a las Águilas, sin ese impulso anímico que pudiera poner los pronósticos de cabeza.
Por eso, el técnico Matías Almeyda optó por rememorar la victoria de 2-1 que logró su grupo en la cancha del Estadio Azteca el pasado torneo, en un partido que igual llegaba como clara víctima. Eran los primeros compases del argentino en México, el funcionamiento del Rebaño todavía no era el mejor, pero se logró sacar tres unidades de gran importancia. El deseo es repetir la gesta.
“Estos partidos marcan historia y son especiales, hay que hacer todo por ganarlos para que se consiga lo que se desea y queremos marcar historia de nuevo”, comentó el timonel, quien confía su equipo muestre un deseo de enterrar todo lo malo en definitiva.
“El reto era difícil y ganamos un gran partido, los jugadores dieron el plus que se necesita”, insistió Almeyda, quien sabe está ante la oportunidad definitiva de despegar.
Para las Chivas abrirle las puertas de su casa al América ha resultado contraproducente desde que se trasladaron a su nueva casa. De cinco partidos disputados, en tres salió con la derrota, en una empató y sólo en una se quedó con el triunfo. No gana ahí desde 2011.
No se ven favoritos
La misión eterna
Superar a los rojiblancos es una regla de oro en Coapa
El América encontró en Cuautémoc Blanco la inspiración para recuperar su mejor estado futbolístico y, a diferencia del Rebaño, llegará en relativa calma al Clásico Nacional. Su problema es que el dueño les exigió lograr la victoria.
Todavía con la estela de la presencia del ídolo azulcrema en sus filas en el juego ante el Morelia, las Águilas encararán el partido ante las Chivas con la idea clara de que deben obtener las tres unidades. No se vale otro resultado y menos en el año del centenario. Apenas el lunes su dueño Emilio Azcárraga dijo que era una obligación hacerlo.
Si ganan todo estará dentro del presupuesto e incluso mejorará el ánimo del plantel de cara a su participación en Concachampions, donde enfrentará a media semana al Santos. Si caen se volverá a encender su entorno que no tolera los tropiezos.
Así, en la víspera del encuentro, Ricardo Peláez, presidente deportivo de la institución, intentó restarle importancia a los mejores números de su club para que se mantenga en calma. Hace seis meses se dio cuenta que la posición en la tabla no sirve de nada.
“Nosotros no nos consideramos mejor que nadie, sencillamente trabajamos para ganar y darle una satisfacción a la gente. Yo creo que no (hay favoritos )”, apuntó.
Y también Peláez se ha dedicado a delinear el discurso de la institución. Por el que los jugadores no se enganchen con las declaraciones picantes de Jorge Vergara (en referencia a que fueron a comer sushi a Japón). Desde que arribó al club hace cuatro años ha sido así.
“Nos dedicamos más que nada a entrenar, a preparar bien el partido y no me preocupa lo que se diga; nosotros queremos hablar en la cancha”, puntualizó el directivo.
Fuente: Excélsior