Hoy se celebra el Día Mundial del Agua y México lo festeja con mil 135 municipios con algún grado de sequía; es decir, casi 50% del territorio nacional, reveló un reportaje de Excélsior.
De acuerdo con el reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) del 29 de febrero de este año, 837 municipios de 26 entidades federativas presentan clima anormalmente seco, 245 sufren sequía moderada, 33 padecen sequía severa y en 20 es extrema.
El estado que tiene mayor número de municipios dentro de la lista de la dependencia es Oaxaca, con 280 municipios con algún grado de sequía, es decir, casi la mitad de su territorio, pues a la entidad la conforman 570 ayuntamientos; a ésta le sigue Veracruz, con 153 municipios afectados, de 212 alcaldías; Yucatán con 86, de 106; Michoacán, con 74 de 113; Puebla, con 65 de 217; Sonora, con 51 de 72, y Guerrero también con 51 municipios afectados de los 81 que posee.
Para el Consejo Consultivo del Agua, AC, en nuestro país la distribución geográfica del agua no coincide con la distribución geográfica de la población, pues el volumen de agua promedio en el país per cápita es de cuatro mil 20 metros cúbicos por habitante por año.
Sin embargo, existen diferencias sustanciales entre el sureste y el norte del país, ya que hay áreas con gran escasez de agua y regiones con frecuentes eventos hidrometeorológicos, como huracanes y precipitaciones fuertes, que originan costosas inundaciones y afectaciones en la infraestructura, como los huracanes Ingrid y Manuel de 2014, que dejaron más de cien muertos y miles de damnificados.
Según la ONG, en la zona centro-norte de México se concentra 27% de la población, se genera 79% del PIB y se cuenta con sólo 32% del agua renovable; en cambio, en la zona sur, donde está 68% del agua, se asienta sólo 23% de la población y se genera 21% del PIB.
A pesar de que la cobertura nacional del agua en México es poco mayor a 91%, el 10% de la población carece de agua potable. Además 22.7% del agua superficial está contaminada o fuertemente contaminada; 33.2 por ciento del agua superficial tiene calidad aceptable y 44.1 por ciento observa calidad buena y excelente.
Entre fugas
En las ciudades se desperdicia 40% del líquido por fugas en las redes de abastecimiento y distribución y tomas domiciliarias.
En esto coincidió el doctor en ciencias por la UNAM y miembro del Centro de Especialistas en Gestión Ambiental (organización mexicana que agrupa a un conjunto de profesionales en medio ambiente y cambio climático, entre otros) Fedro Carlos Guillén, quien ejemplificó que 40% del agua que entra a la Ciudad de México se pierde en fugas.
Sólo 47.5% de las aguas residuales colectadas recibe tratamiento y sólo un porcentaje mucho más bajo cumple con la norma de la calidad de las descargas, explica, por su parte, un reporte del Consejo Consultivo del Agua, AC.
Aunque este año se prevé una fuerte sequía, la peor ocurrida en los últimos años fue en 2011 cuando, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), el año agrícola tuvo 2.7 millones de hectáreas siniestradas en siete de los principales cultivos, sobre todo en Sinaloa, Zacatecas y Guanajuato.
A su vez, el doctor Fedro Carlos Guillén señaló que, actualmente, el impacto de la sequía en México es muy grave, porque además de ser un fenómeno estacional ha tenido un incremento debido a las condiciones del cambio climático.
En este sentido, señaló que “es muy grave porque va por partida doble, pues las cosechas se ven afectadas por la falta de agua, el abasto humano y el aumento de incendios, que es otro fenómeno asociado a la sequía”.
De acuerdo con un reporte la Comisión Nacional Forestal (Conafor), del 1 de enero al 10 de marzo han ocurrido dos mil 360 incendios forestales en 29 estados, afectando mil 390 hectáreas.
Según el especialista de la Cegam, 2012 fue un año particularmente grave en el tema de sequía y las previsiones para este año no se ven optimistas, pues este fenómeno tiende a agravarse.
Detalló que para hacer frente a este fenómeno, la Conagua, encargada del Servicio Meterorológico Nacional (SMN), monitorea el fenómeno de la sequía de manera constante.
“En 2011 se generó un programa nacional contra la sequía; sin embargo poco se puede hacer porque la sequía es un fenómeno meteorológico y no se puede impedir que ocurra; lo que se puede hacer es prevenir; es decir, advertir una futura sequía y tomar las medidas necesaria y estar preparados para hacer frente al fenómeno, y la otra acción es mitigar, que es cuando ocurre la sequía las acciones a tomar para garantizar el abasto de agua humano y minimizar el daño en las cosechas.
“Una de las soluciones para el problema de desabasto de agua es la desalinización; sin embargo, el proceso no es económico, por lo que sí es una opción, pero compleja y costosa.”
El experto señaló que la participación ciudadana es otra gran opción, pues se debe generar la conciencia, además de que uno de los problemas es que el agua está subsidiada por el gobierno, por lo que al ciudadano le cuesta muy poco, no se paga lo que realmente vale el agua, derivando en un problema, ya que no contribuye al uso correcto del líquido, lo que favorece a que el ciudadano no tenga una conciencia real del costo.
Por lo que señala que para que el agua tenga un uso correcto debería cobrase en su costo real.
El fenómeno secó cultivos y ganado
La región del Bajo Balsas de Michoacán ha sufrido la sequía más catastrófica en los últimos 50 años, alertan expertos.
El año pasado, la sequía dejó pérdidas en daños y cultivos en diversos estados, principalmente en Michoacán y Oaxaca.
La región del Bajo Balsas de Michoacán, que abarca los municipios de San Lucas, Huetamo, Tiquicheo, Carácuaro, Nocupétaro, La Huacana y Churumuco atraviesan la sequía más catastrófica de los últimos 50 años, reconoció el secretario de Desarrollo Rural y Agroalimentario, Israel Tentory García.
Desde el año pasado, dicha región del estado padeció los efectos de la sequía, pues, de acuerdo con el informe oficial del funcionario estatal, más de 120 mil hectáreas sufrieron daños en 50 por ciento de la producción en 25 localidades de los municipios mencionados.
Dicho escenario fue denunciado desde el año pasado a la autoridad estatal por la académica del Centro de Investigaciones de Geografía Ambiental de la UNAM Campus Morelia, Ana Laura Burgos Tornadú, quien advirtió sobre la magnitud de esta sequía, así como la pérdida que va de 30 a 70% y, en algunos casos, en la totalidad de productos, como maíz, sorgo, jamaica y ajonjolí orgánicos, entre otros.
Sin embargo, la pérdida de la producción no es el único conflicto que atraviesan los habitantes de la región, pues a esto se suma el desabasto de alimentos, el alza en los precios de los pocos víveres a los que acceden los lugareños, la carencia de servicios de salud dignos, e incluso la insuficiencia de agua potable, ante lo cual, la académica solicitó a las autoridades declarar la región en “desastre”, a fin de acceder a recursos y, con ello, apoyar a las familias del sitio.
La académica estima que son alrededor de diez mil las familias afectadas por la situación en los municipios de La Huacana y Churumuco, considerados los más deplorados por la sequía.
Entre los ejidos afectados de la zona destacan El Baral, El Salitre, Poturo, Santa Rosa, Melchor Ocampo, El Platanar, El Timbiriche, Llano de Ojo de Agua, Cunuato en el municipio de Churumuco; y en la Huacana: El Cayaco, El Capirito, Oropeo y Sihaua.
No obstante, la catástrofe alcanza a los municipios de Tzitzio, Tiquicheo, Nocupétaro, Carácuaro y Huetamo.
En ese sentido, Israel Tentory expresó que “es un problema que están viviendo (los agricultores) y todavía se va acentuar más en marzo, abril, mayo y junio”, y añadió que en lo que va de este año también han sido afectadas más de tres mil hectáreas por heladas y bajas temperaturas.
Por su parte, el coordinador general de la Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas, Germán Tena Fernández, detalló que las presas de la entidad se encuentran entre 70 y 80% de su capacidad, de manera que los registros sólo notifican la sequía en el Bajo Balsas para este año.
Mientras tanto, sólo las recientes lluvias de El Niño del invierno de 2015 están salvando Baja California de una sequía que duró cinco años, pero el daño es irreversible en el campo, donde se han perdido cultivos en forma consecutiva en Ensenada, donde se ha establecido un racionamiento del agua, y en las sierras donde se han registrado incendios forestales que han arrasado con miles de hectáreas, 12 mil tan sólo en 2015.
Desde el año pasado, los cinco municipios de Baja California entraron en la lista de 388 ciudades que el gobierno federal declaró en estado de sequía, por lo que se buscarán alternativas de abasto para evitar la escasez de agua, informó el director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, Alfonso Álvarez Juan.
“Vamos a construir una ruta para salir y solicializar el tema, sin alarmar a la gente, pero sí decirles lo que está pasando. La sequía no quiere decir que no hay agua, quiere decir que no llueve y lo que queremos hacer es utilizar el agua que tenemos de la manera más correcta”.
En Oaxaca, más de cien municipios de las regiones de la Cañada, Costa, Istmo de Tehuantepec, Mixteca, Cuenca del Papaloapan y Valles Centrales dejó a su paso el fenómeno de la canícula de 2015, identificado por la disminución de lluvias a mediados de la temporada pluvial.
Según la Sagarpa, la “sequía de agosto” o “veranillo” que representa en el calendario los 40 días más calurosos del año, en Oaxaca afectó a 43 mil 276 hectáreas de maíz.