El gobernador republicano Mike Pence promulgó este jueves una ley que convirtió a Indiana en el segundo estado que prohíbe los abortos en caso de que el feto presente anormalidades genéticas, como en el síndrome de Down.
Pence firmó la medida cuando faltaban pocas horas para que se cumpliera el plazo de su compromiso de actuar sobre la iniciativa que había aprobado hace dos semanas la legislatura, dominada por los republicanos.
La medida entrará en vigencia en julio, aunque el programa de control de la natalidad Planned Parenthood de Indiana y Kentucky dijo que solicitará a un tribunal que lo impida.
“Queda claro que para el gobernador es más cómodo practicar medicina sin licencia que actuar como abogado responsable, ya que selecciona qué derechos constitucionales son adecuados”, dijo en un comunicado la directora del grupo, Betty Cockrum.
Pence describió la iniciativa como “una medida que afirma el valor de toda vida humana”.
“Creo que una sociedad puede ser juzgada por la forma como trata a sus individuos más vulnerables: los adultos mayores, los enfermos, los discapacitados y los no nacidos”, dijo el gobernador en un comunicado.
Además de prohibir los abortos por anormalidades genéticas, la ley también los penaliza por motivos de raza, sexo o ascendencia, y establece que un feto abortado sólo podrá ser eliminado mediante inhumación o cremación.
Un grupo nacional de ginecólogos y diversas legisladoras del Partido Republicano en el Congreso de Indiana censuraron la medida y dijeron que se extralimita porque indica a las mujeres qué pueden y qué no pueden hacer.
“Sabemos que usted va a obligar a mujeres y familias a que sufran emocionalmente porque se les obligará a que carguen con embarazos inviables”, dijo Kate Connors, directora de comunicación del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, que había solicitado recientemente en una carta dirigida a Pence que rechazara la medida.
Información de Associated Pres