Pintura mural, esculturas monumentales tanto en relieve como en bulto, murales en mosaico, dibujos, bocetos de obras, vitrales y murales transportables son las categorías que, aunadas a joyas arquitectónicas, constituyen el patrimonio artístico de 73 años de vida del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Se trata de obras de artistas que abonaron la idea de que bienestar no sólo es un buen estado de salud, sino también implica el desarrollo del intelecto, de lo emocional y lo espiritual, otras cosas que el arte ayuda a desarrollar.
El nacimiento del Seguro Social en 1943 y su pronta acreditación entre la clase trabajadora requirieron respuesta a la demanda de atención y eso es lo que se percibe, por ejemplo, en las obras de Diego Rivera en el Centro Médico Nacional La Raza y en el Siqueiros del Centro Médico Siglo XXI, complejos hospitalarios creados para proporcionar seguridad al trabajador a través de los avances médicos y tecnológicos de la época.
Los nombres de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Federico Cantú, Luis Ortiz Monasterio, Pablo O’Higgins, Leopoldo Méndez, José Chávez Morado, Ernesto Tamariz, Tosia Malamud, Daniel Ponzanelli y muchos otros integran esta riqueza cultural, que creció a la par de la infraestructura hospitalaria del organismo que hoy atiende a 70 millones de mexicanos.
La idea de integrar estas manifestaciones artísticas al Instituto comenzó en la administración de Antonio Díaz Lombardo, Director General de 1946 a1952, tiempo en que se desarrollan las primeras obras del patrimonio institucional, de la mano del arquitecto Guillermo Quintanar, responsable del Departamento de Construcción del IMSS y quien contrató a varios de estos artistas.
La primera obra de que se tiene evidencia es “La maternidad y la asistencia social” (1946), mural encargado a Pablo O’Higgins y Leopoldo Méndez para la Maternidad número 1, hoy Hospital General Regional número 1 Dr. Carlos MacGregor Sánchez Navarro.
Es el primer mural que se realiza en una construcción nueva del Instituto, a tres años de haber sido fundado. Sin embargo, la obra no se conserva ya que las remodelaciones que sufrió el hospital hicieron que desapareciera.
En 1951, el arquitecto Enrique Yáñez contrató la elaboración de los murales de David Alfaro Siqueiros, “Por una seguridad social completa y para todos los mexicanos” (que este 2016 cumple 62 años), y Diego Rivera, “El pueblo en demanda de salud”, uno para el vestíbulo principal y otro en el auditorio del Centro Médico La Raza.
Asimismo, la historia registra que en 1950, cuando el arquitecto Carlos Obregón Santacilia concluye la construcción del edificio central del IMSS en Paseo de la Reforma, una de las primeras obras de fachada de cristal que se generan en la Ciudad de México y una obra maestra de la arquitectura mexicana, invita a un artista para que elabore un mural y obras en relieve para la fachada: Jorge González Camarena realiza dos relieves y un mural para el edificio.
En el IMSS es muy importante la aportación de los arquitectos, pues tuvieron gran participación en incluir obra artística en las unidades del Instituto. Por eso, tienen intervención grandes muralistas, grandes escultores y también grandes arquitectos, algo que quizá no es tan popular.
En los años 60, el entonces Director General del IMSS, Benito Coquet, promueve la participación de Federico Cantú y de Luis Ortiz Monasterio para realizar muchas obras en la Unidad Cuauhtémoc, Unidad Independencia y en el Centro Médico Nacional.
Y de nuevo otro arquitecto, Alejandro Prieto Posadas, a cargo del área de Construcciones en el organismo, retoma la participación de estos artistas.
El caso de la Unidad Independencia, diseñada y proyectada por los arquitectos Alejandro Prieto Posadas y José María Gutiérrez Trujillo en colaboración con el arquitecto Pedro F. Miret y un equipo de 23 arquitectos e ingenieros, inició en 1959 y fue inaugurada en septiembre de 1960, como parte de los festejos por el 150 Aniversario de la Independencia de México y el 50 Aniversario de la Revolución Mexicana.
A la fecha, en este espacio las esculturas monumentales de Federico Cantú, Luis Ortiz Monasterio y Francisco Eppens Helguera aún pueden admirarse.
Es importante señalar que tanto en la Ciudad de México como en las delegaciones de cada estado hay una Madonna IMSS de Federico Cantú. Más allá se encuentran obras de González Camarena, en Chihuahua; Luis Ortiz Monasterio, en el Centro Vacacional Oaxtepec; Federico García Cantú, en León, Guanajuato; y de Luis Nishizawa, en Celaya, Guanajuato, y una lista interminable.