Por primera vez, dos ensayos de anillos vaginales (dispositivos similares a los anticonceptivos) han demostrado cierta capacidad de proteger contra la transmisión del VIH. En ambos ensayos, que se presentaron en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) que se ha celebrado en Boston, se ha observado que su uso reduce la tasa de infecciones por el VIH alrededor del 30% (un 27% en uno y un 31% en otro).
En ambos casos el mecanismo de actuación es similar: el dispositivo se inserta y va liberando un antiviral (la dapivirina) de manera que cuando la mujer tiene una relación sin protección, el VIH que le puede transmitir el hombre se encuentra con el fármaco, que impide la transmisión.
Uno de los ensayos, The Ring Study, lo ha patrocinado IPM (Grupo Internacional para Microbicidas) y, el otro, Aspire, es de MTN (Red de Ensayos en Microbicidas), lo ha publicado New England Journal of Medicine y tiene como primer firmante a Jared Baeten. Se trata de dos trabajos en fase III, que son ya a gran escala, lo que quiere decir que es el paso previo a su potencial uso sobre el terreno. En concreto, en The Ring Study han participado 1.959 de Sudáfrica y Uganda, y en el Aspire lo hicieron 2.629 de Sudáfrica, Uganda, Malaui y Zimbabue.
La protección llega al 50% en algunos grupos de mujeres
Aunque la cifra general de protección es baja, Baeten afirma que “las mujeres necesitan estrategias efectivas que reduzcan su riesgo de contraer el VIH, y el anillo puede ser una de ellas”. Este tipo de aproximación, como los geles vaginales (los microbicidas que son el principal objetivo de las organizaciones que han desarrollado estos ensayos), tienen la ventaja de que las mujeres pueden usarlos de manera autónoma. No dependen, como en el caso del preservativo, de la voluntad de sus parejas masculinas, que en entornos muy machistas o tradicionales a veces es muy difícil de negociar. Además, no impiden la concepción, lo que también es importante en ciertos entornos culturales.
Además, se ha visto que la protección sube hasta más del 50% en las mayores de 21 años, lo que indica que el método, bien usado, tiene una alta eficacia. Baeten no descarta que pudiera aumentarse su eficacia combinando varios antivirales, aunque advierte de que “el uso de dos pastillas contra el VIH no eran significativamente mejores que una sola”, por lo que es posible que un anillo con solo una sustancia, si es la adecuada y se usa con rigor, sea suficiente.
“Estos hallazgos dan nuevas esperanzas a muchas mujeres que están en un serio peligro y necesitan más opciones efectivas para protegerse del VIH”, ha dicho Zeda Rosenberg, directora de IPM. El ministro de Salud de Sudáfrica, Aaron Motsoaledi, ha añadido: “Cada avance científico que da más poder a las mujeres para protegerse del virus debe estudiarse para una pronta entrada en acción”. África sería el continente más beneficiado si se usaran masivamente estos anillos vaginales. Cada año hay en ella más de 1,2 millones de nuevas infecciones, de las que más de 600.000 son en mujeres. Una reducción del 30% en el número de nuevos casos supondría 180.000 infecciones menos.
Fuente: El País