Rusia condena el silencio del Occidente ante el uso masivo de armas químicas en Siria por parte de los grupos terroristas y asegura que son estos y no Damasco quienes están detrás de dichos ataques contra los civiles.
“Rusia condena el uso de agentes químicos (…). Los diferentes grupos radicales solo este año emplearon varias veces sustancias tóxicas en Siria e Irak y ahora el grupo Yeish al-Islam utilizó gas cloro en Alepo (norte)”, dijo el martes la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
La diplomática rusa realizó estas declaraciones, después de que el grupo terrorista Yeish al-Islam, que opera en Siria, al que Turquía y Arabia Saudí consideran un grupo opositor, admitiera el jueves haber utilizado “armas prohibidas” en Alepo.
Este ataque químico, perpetrado por integrantes de Yeish al-Islam contra civiles en Alepo, “es una prueba más de que los grupos terroristas están detrás del uso de cloro contra los civiles y no el Gobierno sirio, como afirmaban los medios occidentales”, comentó la diplomática rusa.
Asimismo, repudió el ominoso silencio de los países occidentales en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) ante los ataques químicos de los grupos terroristas en Irak y Siria, y recordó que Moscú ya había advertido del peligro del uso de sustancias tóxicas contra civiles y solicitado una investigación al respecto.
Se lamentó por ello de que los países occidentales impidan dicha investigación y sigan acusando inopinadamente al Gobierno sirio del uso de armas químicas.
“Al parecer (los Estados occidentales) no desean desviar la atención del Mecanismo que a priori responsabiliza de este tipo de incidentes a las autoridades sirias”, apostilló.
En lo que va de año se han registrado múltiples ataques con sustancias tóxicas en diferentes puntos de Siria y la autoría corresponde a los grupos terroristas que luchan contra el Gobierno sirio.
El pasado 7 de abril, un barrio de la ciudad de Alepo (norte) controlado por la milicia kurda de las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) fue blanco de un ataque de granadas con agentes químicos, disparadas desde un territorio bajo el control de grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe). Al menos 23 personas murieron y hubo más de un centenar de heridos.
Tanto Rusia, como las YPG acusan a Turquía de proporcionar una ruta de tránsito a las armas químicas que utilizan los grupos terroristas en Siria.
Según un informe de la Sociedad Médica Sirio-Americana, al menos 1491 personas han muerto en ataques con gases tóxicos y asfixiantes —como el sarín, el gas mostaza y el cloro— desde el estallido del conflicto en Siria en 2011.
HispanTV