Conseguir droga está al alcance de un smartphone. En redes sociales como Grindr, una plataforma para que personas homosexuales interactúen y desarrollen vínculos, es posible comprar mariguana, cocaína y hasta “crystal” si se contacta con el distribuidor adecuado.
Según usuarios consultados, en este mercado los vendedores se reconocen porque usan emoticones como diamantes, jeringas, dulces u otra imagen relacionada con los nombres populares de los estupefacientes.
Incluso si un usuario coloca en el seudónimo de su perfil esas imágenes al lado de su foto, los distribuidores lo buscan directamente, ya que saben que es un consumidor o puede requerir de “sus servicios”.
La negociación se establece mediante chats privados y luego se pacta el lugar de la entrega, todo esto sin necesidad de revelar la identidad de alguno de los participantes, lo que dificulta que las autoridades puedan indagar sobre los principales distribuidores y a qué organización del crimen organizado pertenecen.
En un ejercicio de monitoreo, desde noviembre de 2015 hasta abril de este año, se detectó que al menos una decena de usuarios comercializaba enervantes. El costo de las sustancias oscila entre los 60 y 500 pesos y depende en buena medida de la cantidad que el usuario solicite, ya que los vendedores no esán dispuestos a llevar grandes cantidades para evitar ser detectados por las autoridades.
Información de Reforma