Un estudio determinó que la persistencia del virus del papiloma humano (VPH) se encuentra vinculado al estrés y la depresión.
El estudio “Estrés psicosocial, las conductas inapropiadas y de persistencia del VPH” estudió un grupo de 333 mujeres desde 2000, cuando en promedio el grupo tenía 19 años.
A lo largo del estudio, las mujeres visitaron el laboratorio cada seis meses para tomarles una muestra para la prueba de VPH y 11 años después de la primera muestra, además completaron un cuestionario donde se les preguntaba sobre la cantidad de estrés experimentado y sí padecían depresión.
Cuando los investigadores compararon sus respuestas con respecto a si las mujeres aún daban positivo al VPH o si la infección había desaparecido, descubrieron que aquellas que padecían estrés o depresión eran más propensas a mostrar persistencia del virus en su sistema.
Adicionalmente, las participantes que tenían estrategias de afrontamiento autodestructivas tales como beber, fumar cigarrillos o consumir drogas para enfrentar el estrés, fueron más propensas a desarrollar una infección activa por VPH, comentó la investigadora principal Anna-Barbara Moscicki.
El sistema inmunológico del cuerpo se debate en una lucha contra el virus dentro del primer par de años de exposición, por ello Moscicki señala que las mujeres pueden ser advertidas sobre los beneficios de reducir el estrés para deshacerse de la infección.
Una teoría indica que el estrés se vincula a respuestas inmunes anormales, como la persistencia del VPH, que a la largo puede derivar en cáncer cervicouterino.