“Yo pensé que iba a ir a comer hamburguesas”, bromeó “El Chapo”

Cuando los custodios entraron a su celda, Joaquín “El Chapo” Guzmán no entendía qué sucedía, nadie le dio una explicación. Lo único que se le ocurrió fue que el día de su extradición hacia Estados Unidos había llegado.

“Yo pensé que iba a ir a comer hamburguesas”, le dijo el domingo Joaquín Guzmán Loera, en tono de broma, a su abogado Andrés Granados.

Granados es el único de los defensores del líder del Cártel de Sinaloa que ha podido hablar con el capo después de su traslado al Penal Federal Número 9, en Ciudad Juárez, Chihuahua. En exclusiva para Univision, el abogado dio detalles de su conversación con el capo.

“Me dijo que llegaron en la madrugada, y que le dijeron ‘véngase para acá’. Lo sacaron de la celda, lo esposaron y se lo llevaron. Cuando iban saliendo escuchó los helicópteros y dijo ‘Ya me van a extraditar’. Hasta que bajó aquí. Dijo que ubicó el aeropuerto de Ciudad Juárez y luego lo trasladaron al Penal Número 9”, contó Granados.

El abogado dice que “El Chapo” luce tranquilo a pesar del repentino movimiento, y asegura que cuestionó la razón del traslado debido a que existe un amparo que impide que el capo deje el Penal del Altiplano, el lugar al que fue llevado después de que lo recapturaran en Los Mochis el pasado 8 de enero. “Le dije que qué se podía esperar de este gobierno”, aseguró el defensor.

Aunque Granados se presentó desde el sábado por la tarde en la cárcel de Ciudad Juárez y esperó dos horas para que le autorizaran el ingreso, no lo dejaron pasar. Le aseguraron que el Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, no había autorizado su entrada.

El abogado procedió a tramitar un amparo ante un juzgado local contra de la incomunicación en la que se encontraba “El Chapo” y fue aceptado. El domingo pudo ver a su cliente 30 minutos.

El capo sinaloense también le relató a su abogado cómo es su nueva celda: “Me dijo que es totalmente cerrada y que no tiene a nadie al lado. Está totalmente segregado, aislado. No comparte a los lados con nadie, no escucha nada. Está igual (que en el Altiplano), o peor aquí”, comentó.

Pero si el aislamiento no cambió, lo que sí sufrió una variación es la higiene de su nueva celda, ubicada en el área de máxima seguridad del complejo carcelario.

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