Un enfermo de cáncer recibe el primer trasplante de pene en EE UU

Los responsables de la intervención, realizada a comienzos de mayo en el Hospital General de Massachusetts, Boston, manifestaron este lunes su esperanza de que la técnica utilizada pueda aplicarse próximamente a muchos hombres que sufren heridas genitourinarias. Se trata sobre todo de enfermos de cáncer, víctimas de accidentes y, especialmente, veteranos de las guerras de Afganistán e Irak con lesiones genitales, muchos de los cuales son aún muy jóvenes y sufren graves problemas psicológicos a causa de estas heridas.

La operación para trasplantar el pene de un donante fallecido duró 15 horas y fue la culminación de tres años y medio de investigaciones y pruebas dirigidas por el cirujano plástico Curtis Cetrulo, que también ha practicado transplantes de manos.

El paciente, Thomas Manning, sigue “recuperándose bien” y sin signos aparentes por el momento de un rechazo o infección del órgano. Eso lleva a sus médicos a sentirse “cautamente optimistas” acerca de que el paciente vaya a recuperar las funciones vitales del órgano que perdió cuando, en 2012, se le diagnosticó cáncer de pene y este le tuvo que ser parcialmente amputado, dijo el hospital en un comunicado.

Aunque la operación fue realizada a comienzos de mayo, el hospital la ha revelado este lunes, después de que el paciente manifestara su disposición a hacerla pública con el objetivo de que su historia ayude a otros hombres en su situación y para acabar con el estigma que esta conlleva para muchos. “Hoy empiezo un nuevo capítulo lleno de esperanzas personales y, también, de esperanza para otros que han sufrido heridas genitales, especialmente para los militares que ponen su vida en peligro y que sufren graves daños como resultado de ello”, dijo Manning en el comunicado.

La pérdida de los genitales puede ser algo verdaderamente devastador para la identidad y virilidad de los individuos
“No hay que esconderse”, insistió en una entrevista con el diario The New York Times, que adelantó la noticia de la operación.

Según el equipo médico, el objetivo de este tipo de trasplante es reconstruir los genitales externos para que tengan una “apariencia más natural”, restablecer la función urinaria e, idealmente, lograr que el paciente recupere la función sexual. Un aspecto crucial de este tipo de intervención es su impacto psicológico, señaló el hospital.

“La pérdida de los genitales puede ser algo verdaderamente devastador para la identidad y virilidad de los individuos”, subrayó el hospital en este sentido. Los hombres que pierden sus genitales bien debido a una enfermedad, accidente o en combate pueden vivir sin un órgano intacto. Pero “los aspectos psicológicos de este tipo de lesión pueden ser abrumadores”, destacaron los especialistas.

El problema es especialmente grave entre los veteranos de guerra, entre los cuales hay tasas de suicidio “excepcionalmente altas” de excombatientes que han sufrido graves daños en los genitales o el tracto urinario, explicó Cetrulo al New York Times. “Son chicos de 18 o 20 años que sienten que ya no tienen ninguna esperanza de volver a tener intimidad o una vida sexual. Ni siquiera pueden orinar de pie”, señaló el cirujano.

Según datos del Departamento de Defensa citados por el rotativo, entre 2001 y 2013 un total de 1.367 militares sufrieron heridas genitourinarias en Irak o Afganistán. Casi todos ellos tenían menos de 35 años y resultaron heridos por artefactos explosivos improvisados (IED) que les provocaron la pérdida total o parcial de su pene.

Pese a que este es, potencialmente, el grupo que más podría beneficiarse de esta nueva técnica, Cetrulo adelantó que su equipo prevé realizar más intervenciones a pacientes civiles antes de someter a un veterano a una operación como esta, debido a que al Pentágono “no le gusta que sus heridos se conviertan en conejillos de Indias después de haber sacrificado tanto”.

Sin embargo, según el Times, otro hospital, el Johns Hopkins, también se está preparando para realizar un trasplante de pene y tiene en su lista de espera a un veterano de Afganistán.

El hospital de Boston, por su parte, se prepara para operar a otro paciente cuyo pene resultó destruido por graves quemaduras en un accidente de tráfico. Por el momento, los médicos de esta clínica se concentrarán en pacientes afectados por un cáncer o un accidente. No ofrecerán esta técnica a personas transgénero, dijo el doctor Dicken Ko, director del programa de urología.

Manning es el tercer hombre del mundo que se somete a un trasplante de pene. La primera intervención de este tipo se realizó en China, en 2006, aunque el paciente acabó pidiendo que le volvieran a retirar el pene, alegando problemas psicológicos. La segunda intervención conocida fue realizada en Sudáfrica en 2014. En esa ocasión la operación tuvo éxito y, posteriormente, el paciente fue padre.

Fuente: El País