Advierte Hacienda complicaciones en la economía mexicana para el resto del 2016

Desde la óptica de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la economía mexicana va viento en popa, muy a pesar del entorno externo adverso.

Tanto así que la actividad económica en los primeros tres meses del año creció 2.8% real anual respecto del mismo periodo del año pasado, en que el PIB creció 2.4%, ya descontados los efectos estacionales y de calendario.

Y, en efecto, es un comportamiento de la economía nacional mejor al que esperaban casi todos los grupos de analistas macroeconómicos del país, el llamado “consenso”.

De hecho, es el segundo mejor registro en todo lo que va de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, sólo por debajo del 3.1% anual del primer trimestre de 2013.

Ese dato lo dio a conocer hoy muy temprano, a las 8 de la mañana, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en un comunicado en el que informa además que, con cifras desestacionalizadas también, el PIB trimestral avanzó un 0.8% respecto del trimestre anterior (octubre-diciembre del año pasado), que en términos anualizados implicaría un crecimiento cercano al 3.3%.

Sin embargo, una hora después, la Secretaría de Hacienda informó que, pese a ese buen desempeño de la economía –impulsado por el mercado interno, sobre todo la inversión y el consumo–, revisó a la baja su pronóstico de crecimiento económico para todo el 2016, de un rango de 2.6% a 3.6% a otro de 2.2% a 3.2%.

Así lo dio a conocer el subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela, en conferencia de prensa. De manera implícita reconoció que en el futuro inmediato, las cosas no marcharán como en el primer trimestre.

Lo que hoy informó el INEGI fue el dato definitivo del comportamiento de la economía en el primer trimestre de 2016. La información preliminar la dio a conocer el pasado 29 de abril y los datos eran mejores, si bien marginalmente:

Un crecimiento del PIB 2.9%, anual y con cifras desestacionalizadas, contra el 2.8% definitivo. Un crecimiento anual real, sin considerar efectos estacionales y de calendario, de 2.7%, contra el 2.6% definitivo.

De hecho, la Secretaría de Hacienda se había tardado en revisar su pronóstico de crecimiento económico para este año, cuando ya todos los organismos internacionales lo habían hecho, lo mismo para la economía mundial en su conjunto como para cada uno de los países.

En particular, el Fondo Monetario Internacional bajó apenas en abril su estimado de crecimiento de la economía mundial a un 3.2% para todo el año, desde el 3.6% que estimaba en octubre último.

Y para México, bajó su pronóstico de 2.6% en enero, a 2.4% actual.

Entre instituciones y analistas del país, los pronósticos también fueron a la baja. El Banco de México cambió de un crecimiento del PIB, para 2016, de un rango de 2.5% a 3.5% a principios de año, a otro de entre 2% y 3% en este mes. La llamada “Encuesta Banxico” –que promedia los pronósticos de más de 20 grupos de análisis macroeconómico, nacionales y extranjeros– estimaba un aumento del PIB de 2.74% y lo bajó en abril a 2,4%

Y Hacienda se mantuvo todo el año en el rango de 2.6% a 3.6%, pero el viernes pasado lo recortó a otro de entre 2.2% y 3.2%.

Un reconocimiento, en fin, de que será complicado el entorno externo de gran volatilidad, producto –según el subsecretario Aportela– de un menor ritmo de crecimiento de la economía mundial, la persistente caída en los precios de las materias primas, principalmente el petróleo, y “el inicio del ciclo de alza de tasas de interés por parte de la Reserva Federal en los Estados Unidos, y la incertidumbre sobre la velocidad de esas alzas en las tasas de interés en Estados Unidos, que genera mayor volatilidad”.

Proceso