Dos personas enmascaradas y con armas de fuego ingresaron a la tienda y ordenaron a los clientes que se colocaran en una pared mientras se llevaba a cabo el crimen.
Sin embargo, un niño de 7 años, con riesgo de su seguridad, no dudó en intentar prevenir el robo… con sus puños.
El asaltante arrastró al niño detrás del mostrador, sin hacerle daño y continuó con el robo de dinero y pertenencias de los presentes.
Pese a que le niño y los demás involucrados salieron ilesos, el padre del menor señaló que fue algo que le dio miedo, y que no se lo desearía “ni a su peor enemigo”.