La pequeña huérfana de nueve meses Favur, llegada este miércoles a la isla italiana de Lampedusa, se ha convertido en el nuevo símbolo del drama vivido por los candidatos a la inmigración, explica este jueves la prensa italiana.
“He pedido que me sea confiada, me gustaría cuidarla para siempre”, declaró emocionado a los medios italianos el doctor Pietro Bartolo quien trabaja en Lampedusa y quien la acogió, vistió y controló su estado de salud.
Favur es oriunda de Mali y sus padres murieron cuando el barco en el que se encontraban alrededor de 120 personas, esencialmente de Mali y de Nigeria, se volteó cuando los migrantes se movieron todos al mismo lado de la embarcación al ver un buque de salvamento.
Llegó en los brazos de otra joven que la confió al doctor.
“Es una pequeña niña encantadora y tierna. Me puso los brazos alrededor del cuello, me meó y no derramó ni una sola lágrima”, cuenta el doctor.
“Tiene una carita redonda, es una niña de una rara belleza”, dice.
Pietro Bartolo, en la sesentena, ha visto miles de migrantes, ancianos y niños, muertos y vivos, “pero uno nunca se acostumbra y cada vez que tengo que abrir un saco (conteniendo un cadáver), me duele la barriga”, dice.
El doctor es uno de los personajes de “Fuocoammare”, un documental de Gianfranco Rosi sobre los refugiados, que recibió en febrero el Oso de Oro del festival de Berlín.
A Pietro Bartolo ya se lo confió hace cinco años un joven tunecino de 17 años: “ahora, va bien, se va y viene, como si fuera mi hijo”, confiesa.
La isla italiana de Lampedusa es la más cercana a las costas africanas y donde llegan miles de migrantes en los últimos en busca de un futuro mejor en Europa.
La Nación