Sólo aquellos que hemos tenido una mascota podemos comprender el inconmensurable amor que por ellos se siente.
Ellos siempre están con nosotros no importa la situación, por eso nos lamentamos y lloramos cuando les pasa algo, cuando fallecen, cuando se pierden…
Esta es posiblemente la historia más triste de hoy, tanto que hasta sacamos un par de lágrimas.
Jian Zhicheng era una veterinaria y directora del Xinwu Animal Protection and Education Centre, en Taiwán, y aunque le encantaba dirigir este lugar, había una parte de su trabajo que odiaba por encima de todo.
Ella sólo necesitaba ser escuchada… durante años se dedicó a rescatar animales para ponerlos en adopción, pero todos sus esfuerzos fueron en vano.
Pocos eran los que salían del refugio con un nuevo dueño y cada más llegaban más.
La capacidad del centro para albergar a tantos animales solía rebasarse y Jian se sentía obligada a sacrificar a algunos.
En mayo de este 2016, la doctora aceptó la invitación de un programa televisivo local para hablar sobre la importancia de la adopción.
Y, para que la audiencia supiera la gravedad del problema, reveló un dato: en dos años, tuvo que sacrificar a 700 perros.
Al terminar la transmisión, algunos usuarios de redes sociales se volcaron en su contra por “acabar” con la vida de tantos animales. La llamaron “asesina” e incluso “carnicera”.
Consternada por las respuestas, Jian regresó al refugio para hacer lo que nadie esperaba… Su esposo la encontró inconsciente y junto a ella había una carta:
Aunque la condujeron rápidamente al hospital, nada se pudo hacer. Tenía apenas 31 años. Elisa Allen, directora asociada de la organización Personas por el Trato Ético de los Animales, comentó al respecto:
“Se suele dejar a los trabajadores de los refugios como Jian Zhicheng, quienes aman a los animales, hacer el trabajo sucio que la sociedad no quiere. Muchas personas no hacen la única cosa que podría aliviar la crisis de sobrepoblación de animales: la esterilización”.
SDP Noticias