La muerte de Joan Rivers el 4 de septiembre de 2014, a consecuencia de las complicaciones surgidas durante una operación rutinaria de cuerdas vocales, supuso un duro golpe tanto para su hija Melissa Rivers como para la industria del entretenimiento.
Ahora la llamada Reina del humor ácido, descansa en distintos punto del planeta por decisión de Melissa, que ha enviado parte de sus cenizas a aquellos amigos y compañeros de profesión que su madre conserva alrededor del mundo.
“MI MADRE ESTÁ EN INGLATERRA, ESCOCIA, MÉXICO, WYOMING Y CALIFORNIA, ADEMÁS DE EN TIENDAS Y ESTUDIOS. ESTÁ EN LUGARES EN LOS QUE NADIE SE ESPERARÍA QUE ESTUVIESE”.
“Creo que le haría muy feliz saber que parte de ella sigue en mi armario, al lado de mis zapatos”, contó Melissa en el programa Today Show.
El pasado mes de mayo la familia Rivers, pudo finalmente cerrar el contencioso legal que inició en 2015 al presentar una demanda por negligencia médica, contra la clínica Yorkville Endoscopy de Nueva York, después de que los médicos encargados de la intervención de Joan Rivers, realizaran supuestamente procedimientos no autorizados y fueran incapaces de reaccionar a tiempo para salvar la vida de la presentadora cuando sufrió un paro cardíaco, además de sacarse un selfie con ella cuando estaba anestesiada.
Aunque se ha conseguido llegar a un acuerdo del que se desconoce su apartado económico, se cree que podría incluir una indemnización de millones de dólares, Melissa no siente que esa pequeña victoria le esté ayudando a sobrellevar mejor la pérdida de su madre.
Otra de las estrategias que ha adoptado Melissa para tratar de superar su tristeza, ha sido poner a la venta en una subasta online muchas de las pertenencias de Joan, aunque los objetos más personales tiene previsto conservarlos.
Fuente: debate.com.mx