El panorama que se vive a nivel internacional de bajos precios del petróleo y una menor producción por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex) ha ocasionado que los ingresos petroleros del país sólo logren solventar 13.3% del gasto público del país, en el primer cuatrimestre del año, al sumar 224,982 millones de pesos.
Éste es el nivel más bajo que hayan representado los ingresos petroleros en la historia, en un primer cuatrimestre, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que registra datos desde 1990.
Todavía en el 2008, durante la crisis financiera internacional, los ingresos por petróleo representaban 40.3% de los ingresos presupuestarios y, en el 2012, registraron un nivel máximo de 40.7 por ciento.
En contraste, los ingresos no petroleros, que en su mayoría están conformados por los impuestos que recauda el gobierno federal, lograron establecer un máximo histórico, ya que de enero a abril conformaron 86.7% de las finanzas públicas, al sumar 1 billón 464,834 millones de pesos.
Tributarios, insuficientes
Si bien lo anterior representa que las finanzas públicas del país están dependiendo cada vez menos de los ingresos que le genera el petróleo, los que se obtienen por el cobro de impuestos todavía no son suficientes para que puedan cubrir 100% del gasto que hace cada año el país, coinciden expertos.
“Es un hecho que las finanzas públicas se han venido despetrolizando, pero no es porque se haya planeado (…) El problema es que los recursos que obtienen por impuestos no están siendo suficientes para solventar todo el gasto. México todavía sigue siendo uno de los países que menos recauda como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB)”, dijo Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
De acuerdo con información del reporte Estadísticas Tributarias 2014 de la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económicos (OCDE), los ingresos por el cobro de impuestos representaron 19.6% del PIB en el 2012 —última cifra disponible de México— mientras que el promedio de los 34 países que conforman este organismo internacional fue de 33.7%, en el 2014.
Villarreal comentó que las finanzas públicas del país tienen una fuerte presión, en el sentido de que está comprometida una gran cantidad de recursos que se destinan al pago de pensiones, participaciones o diferentes programas sociales; en cambio, de lo poco que se destina a la inversión en infraestructura se ha ido reduciendo, a pesar de ser uno de los sectores que genera empleos.
Complicado PEF 2017
Marcelo Delajara, director de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), refirió que el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF 2017) será uno de los más complicados, pues no habrá suficientes recursos aun cuando ya se anunció un recorte del gasto público por 175,000 millones de pesos y éste podría llegar a 300,000 millones, según reconoció el propio secretario de Hacienda.
Expuso que si bien el precio del barril de crudo ha mostrado señales de recuperación, el panorama de México difícilmente podrá mejorar ante el impacto que pueda representar el débil crecimiento de la economía mundial.
“Si bien es bueno que México deje de depender tanto de los ingresos petroleros, porque son muy volátiles, tiene que cambiar su estructura, en el sentido de que los ingresos no petroleros no ayudarán a financiar el gasto que requiere el país”.
Al respecto, el directivo del CIEP agregó que aunque los ingresos no petroleros sigan creciendo, será a un nivel muy bajo, porque los efectos de las reformas se van a agotar. “Los ingresos tributarios sólo van a crecer si la economía avanza, pero sólo hemos visto crecimientos pequeños”.
Se debe ampliar la base tributaria
Del 2012 a abril del 2016, los ingresos que se obtienen por el cobro del Impuesto Sobre la Renta (ISR) aumentaron 57.3%, de 348,697 millones de pesos a 548,380 millones de pesos; mientras que los ingresos por Impuesto al Valor Agregado (IVA) lo hicieron en 16.7%, pasando de 212,089 millones de pesos a 247,559 millones de pesos.
Ambos expertos mencionan que a partir del 2014, cuando entró en vigor la reforma fiscal, los ingresos tributarios empezaron a incrementarse de manera significativa, siendo el ISR el que más impacta a estos recursos.
Añadieron que si bien esta reforma fiscal no fue del todo buena, en el sentido de que no fue integral, de alguna manera ayudó a enfrentar la crisis de los ingresos petroleros.
Concluyeron que para el próximo año, no se deberían crear ni incrementar los impuestos, sino buscar la manera de aumentar la base tributaria, es decir, que más personas trabajen dentro del sector de la formalidad.
Fuente: El Economista