La renuncia de David Korenfeld Federman a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) es un primer paso en la dirección correcta en el sentido de que nadie debe violar la ley y que si lo hace debe asumir las consecuencias, afirmó el coordinador del PRD, Miguel Alonso Raya.
Sin embargo, agregó que “falta mucho por hacer, porque es necesario reconocer que hay un descrédito muy serio de las instituciones, entre ellas las responsables de combatir la corrupción, porque la sociedad ya no cree y no confía en ellas”.
Korenfeld Federman presentó su renuncia al cargo el jueves pasado, a poco más de una semana de que se difundiera en redes sociales que utilizó un helicóptero de la dependencia, junto con su familia, con fines particulares.
Desde la perspectiva de Alonso Raya, la renuncia del director de la Conagua se dio fundamentalmente por la presión que ejerció la sociedad en su conjunto debido a su hartazgo ante los múltiples casos de corrupción.
“Es una victoria muy importante de la sociedad civil en la lucha por la transparencia y sobre todo, lo más importante, es que obliga al gobierno a mandar un mensaje de que ya estuvo bueno de corrupción y que aquel que abuse y use mal los recursos públicos tendrá que asumir las consecuencias”, dijo.
El coordinador parlamentario precisó que, de acuerdo a diversas investigaciones académicas, en términos económicos el costo que la corrupción tiene para toda la sociedad es de alrededor de 450 mil millones de pesos, lo que implica cerca de 3.0 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Frente a este escenario, consideró que la Secretaría de la Función Pública debe presentar cuanto antes los resultados de la investigación para determinar si hubo o no conflicto de interés en las obras públicas o contratos otorgados por dependencias federales a las empresas del Grupo Higa.
“Solamente con un combate serio contra la corrupción es como se podrá reestablecer la confianza de la sociedad, que se vea que hay disposición de la autoridad de recuperar las instituciones, de ponerlas de pie”, subrayó.
“Estoy convencido de que no basta con declarar autónomo un órgano o nombrar a alguien y encargarle una tarea en una secretaría de Estado, sino que ganarán credibilidad sólo en la medida que desplieguen las acciones que legalmente les corresponden en el marco de su responsabilidad”, concluyó Alonso Raya.