No es algo sin precedentes. Ya pasó en 1996. El partido retiró en gran parte su respaldo al candidato Bob Dole una vez que quedó claro que tenía pocas posibilidades de ganar. Sin embargo, el panorama actual sería de una conmoción política total, cuando faltan aproximadamente tres meses antes de la elección presidencial y semanas antes de tres debates presidenciales.
Los republicanos que han dedicado su vida profesional a la elección de candidatos de su partido creen que ya han perdido la Casa Blanca. Están exasperados por las políticas divisivas de Trump y por su insistencia en dirigir la campaña electoral de la misma manera en la que manejó las primarias.
“Con base en sus antecedentes de campaña, no hay posibilidades de que vaya a ganar”, aseguró Sara Fagen, directora política del ahora expresidente George W. Bush. “Está perdiendo grupos de personas a los que no puede recuperar”.
El equipo de campaña de Trump, sin embargo, dice que las cosas se están moviendo en la dirección correcta, una posición que irrita aún más a sus detractores dentro del partido.
Información de Agencia AP