Lupita González hoy disfruta las mieles del éxito, pero hace años, una negligencia médica pudo truncar su sueño de ser medallista olímpica.
Antes de que Lupita ingresara a la marcha, practicaba los 400 metros por admiración a Ana Gabriela Guevara, pero su rodilla cobró factura y en el IMSS le dijeron que era necesario amputarle la pierna tras una lesión en la rodilla.
Los médicos le dijeron que terminara su relación con el atletismo y con el deporte. Ella casi les hacía caso para terminar como burócrata en el SAT.
Antes de que decidiera terminar su carrera deportiva le recomendaron practicar la marcha pero ella no quería debido a las burlas por mover las caderas.
“Visité muchos doctores, todos los consultorios de esa clínica con varios doctores consulté y todos me decían que no, ya no, la solución para ellos era, ‘ya no corras’, hasta que encontré un doctor que dijo fortalece los otros músculos y a ver cómo te sientes. El profe Juan me sacó de la lesión con puros ejercicios”
Lo que comenzó como un deporte practicado “a fuerza” se convirtió en una medalla de plata para la mexicana que antes de coronar su esfuerzo en Río 2016 había conseguido el oro en los Panamericanos, así como el oro en la Copa del Mundo de Roma, que adquirió gracias a que la china Hong Liu diera positivo en un control antidoping.
Información de MedioTiempo