Luego de que la Secretaría de Hacienda y2 Crédito Público (SHCP) anunciara la reducción en la perspectiva de crecimiento económico del 2.0 y 2.6 por ciento, diversos analistas coincidieron en que el Producto Interno Bruto (PIB) del país no repuntará más allá del 2 por ciento para finales del 2016. Además mencionaron que el gasto del Gobierno en torno a las reformas estructurales le está costando a México más de lo que le beneficia.
Ayer, la SHCP redujo su perspectiva de crecimiento económico para este año a un rango de entre 2.0 y 2.6 por ciento, desde un previo de entre 2.2 y 3.2 por ciento, tras el informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) que reportó que la economía mexicana se contrajo 0.2 por ciento en el segundo trimestre, su primera baja en 12 trimestres.
“La economía mexicana creció al 2.5 por ciento real y con cifras desestacionalizadas creció 2 por ciento. Por lo que, considerando los factores negativos que se observan a nivel internacional, la SHCP estableció un rango de crecimiento para el 2016 de 2 a 2.6 por ciento para el PIB.”, explicó el Subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela Rodríguez.
Se trata de una cifra muy lejana de los que el Presidente Enrique Peña prometió a los inversionistas en Nueva York hace dos años, cuando dijo que la apertura de la industria energética impulsaría el crecimiento por encima del 5 por ciento en 2017.
El impulso que generaría la Reforma Energética en la economía nunca llegó. Valeria Moy, directora de la Organización México ¿Cómo Vamos?, señaló en entrevista para SinEmbargo, que hoy “el gasto del Gobierno es tan ineficiente que nos está costando.”
Explicó que si se calcula el PIB de México incluyendo a Petróleos Mexicanos (PEMEX) y luego se calcula un PIB quitando PEMEX le va mejor al país, es decir, PEMEX le genera un costo al país. “Se le esta metiendo dinero a la industria energética, pero es dinero que no se está traduciendo en mayor producción”, dijo.
“En México hay áreas que en lugar de estar generando producción, está costando en valor agregado. Es dinero que se podría estar dedicando a otras cosas y al dárselo a este sector [energético] está costando al país”, agregó.
Moy enfatizó que la lógica de esa situación sería dejar de meterle dinero a algo que está costando. Sin embargo, mencionó, “se le sigue metiendo dinero porque está pegado a otras variables, sindicatos, compromisos con proveedores y compromisos laborales”.
Al cuestionarla sobre qué se debe hacer para que el PIB del crezca, la directora de México ¿Cómo vamos?, dijo que el crecimiento depende, en términos contables, de que exista más consumo, inversión, más gastos del Gobierno y más exportaciones netas. Pero que lo más importante era trabajar en los factores que permiten generar esa actividad productiva.
“La economía debe ser lo suficientemente flexible para que se puede generar movimiento económico para que se puedan abrir empresas, para que se puedan cerrar empresas y así haya innovación”.
Respecto al panorama que le espera a la economía mexicana para finales del 2016 Moy consideró que el crecimiento económico del país estará más cerca del 2 o 2.1 por ciento, “porque no hay condiciones ni dentro ni fuera del país para que exista un crecimiento más alto”.
A su vez, Jorge Gordillo Arias, director de análisis de CI Banco Casa de Bolsa, declaró para SinEmbargo que las expectativas que se tenían sobre todas las reformas estructurales no se han cumplido. “Estábamos esperando que el país lograra crecer cerca del 4 por ciento a finales del sexenio, y esto se ha ido diluyendo y las expectativas han cambiado”, dijo.
Arias dijo que lo que mantenía al país creciendo arriba del 2 por ciento desde el segundo trimestre del año pasado había sido el mercado interno, según las cifras tenemos un consumo en el sector terciario vigoroso arriba del 3 por ciento.
“Nos preocupa que este crecimiento en los servicios empiece a perder fuerza o se acerque a una desaceleración. El crédito el consumo la inversión podrían perder su vigor y no le alcanza el tiempo a la industria de repuntar”.
El analista dijo que se espera que la expectativa para finales de 2016 pueda crecer entre el 2.3 y 2.8 por ciento, “difícilmente nos vamos a acercar al 5 por ciento que había prometido Peña Nieto”, dijo.
Este martes, la calificadora Standard & Poor’s bajó a negativa la perspectiva de las calificaciones de largo plazo de México, dejando una posibilidad de en tres de que rebaje la nota crediticia en los próximos 24 meses si el nivel de deuda o la carga de intereses presenta un deterioro mayor a lo esperado.
Por su parte, la calificadora Moody’s bajó su perspectiva para el sistema bancario mexicano de “estable” a “negativa” ante expectativas de que el riesgo de activos aumente con la expansión de su cartera de crédito, aun cuando el crecimiento económico se mantiene deprimido.
Sin Embargo