El Congreso del Estado exhortó hoy a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como a la Comisión Nacional del Agua, ambas del Gobierno Federal para que uso de sus facultades, destinen recursos económicos en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2017, para el saneamiento y restauración de la Laguna de Bustillos, ubicada en el Municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua.
El acuífero Cuauhtémoc pertenece a la Región Hidrológica número 34, de las Cuencas Cerradas del Norte, formando parte de la Cuenca de la Laguna de Bustillos, con una superficie aproximada de 3,605 kilómetros cuadrados, cuyos escurrimientos provienen de las serranías de la Sierra de San Bernabé y del Cerro de San Andrés hacia el este; los cerros Águila y San Antonio hacia el sur, mientras que al oeste se encuentra el Cerro de San Ignacio.
Los principales afluentes son los arroyos que fluyen por la cuenca y alimentan la Laguna de Bustillos son el Arroyo la Quemada, el cual recibe un afluente llamado Arroyo de Agua, Arroyo Santa Elena, cuyos afluentes son el Arroyo El Gato y el Arroyo La Guajolota, el Arroyo de Bustillos hacia el noreste, Arroyo San Antonio por el suroeste; Arroyo de Napabechi hacia el sureste. Al noreste de la cuenca existe una zona con drenaje pluvial deficiente, por lo que comúnmente en periodo de lluvias aparecen numerosas pequeñas lagunas.
Ahora bien, la superficie del acuífero Cuauhtémoc, se ubica en una región con clima muy seco y seco, en la que se presenta una escasa precipitación media anual de 490 milímetros anuales y una elevada evaporación potencial media anual; consecuentemente, la mayor parte del agua precipitada se evapora, por lo que el escurrimiento y la infiltración son reducidos. Cabe hacer mención que de conformidad al análisis del comportamiento histórico de la precipitación, se ha observado que las lluvias van disminuyendo paulatinamente.
Cabe hacer mención que el Presidente de la República en uso de sus facultades constitucionales, emitió un decreto de fecha 28 de enero de 1954, mediante el cual se declaró propiedad federal la cuenca de la Laguna de Bustillos y sus afluentes por sus correntías constantes e intermitentes, estableciendo los límites y márgenes de la laguna.
Actualmente por las condiciones que prevalecen en el acuífero por la sobreexplotación de las aguas subterráneas, los arroyos afluentes de la laguna de Bustillos solo tienen correntias en la temporada de lluvia, además que derivado de la descarga de las aguas de la planta de Celulosa de Chihuahua (hoy Copamex), durante más de cuarenta años, ha generado que la laguna haya perdido su capacidad de infiltrar aguas al acuífero lo que aunado a la sequía, la sobreexplotación del mismo y otras circunstancias, poniendo en grave peligro la estabilidad del ecosistema.
Resulta conveniente mencionar la importancia que tiene esta laguna en el acuífero es la de su función ecología, ya que es un catalizador térmico de la región al mantener un porcentaje de humedad relativa; es santuario para algunas aves migratorias que llegan al otoño y emigran nuevamente e al norte en primavera y hubo un tiempo en que estuvo en simbiosis con las aguas subterráneas del acuífero.
También, si se realizan las obras que se requieren para el saneamiento de la Laguna de Bustillos, servirá para contener de manera adecuada las aguas que llegan a ella año con año, pues con el paso de estos, al irse acumulando la tierra y demás desechos arrastrados por las corrientes de agua, la laguna ha disminuido su capacidad de almacenamiento, por lo que en temporadas de lluvias se tiene el riesgo latente de que la sección Municipal de Anáhuac, por su cercanía, se inunde con las aguas superficiales de esta, como ya sucedió en los años de 1993, 2012 y en el pasado mes de agosto de este año, por mencionar algunas.