Por más irónico que parezca un par de delincuentes de Nueva York parecen haber salvado la vida de inocentes. Resulta que sin darse cuenta ayudaron a la policía local a encontrar una bomba a cuatro cuadras de la explosión que se registró en el barrio de Chelsea el sábado pasado.
Los informes señalaron que se trataba de una olla de presión ubicada en la calle 27, una bomba cacera muy similar a la que hirió a 29 personas a tan sólo unos cientos de metros de distancia.
Pero lo más gracioso es que si no hubiera sido por un par de delincuentes la policía, quizá, no habría dado con la bomba a tiempo para poder desactivarla, en una rueda de prensa, hoy el jefe de detectives de Nueva York, Robert Boyce explicó:
“Tenemos un video de dos personas que agarraron una bolsa, sacaron de ella el dispositivo -bomba- y se marcharon con la bolsa. Cuando agarraron la bolsa parecían no creerse que hubieran encontrado eso en la calle”.
De momento la policía anda localizando a los dos testigos para hablar con ellos. Es difícil sabe si los ladrones tiraron por accidente y sin darse cuenta alguno de los cables que terminó desactivando la bomba, aunque un portavoz de la policía dijo a la AFP que la bomba fue detonada con medidas de seguridad por las fuerzas de seguridad y enviadas al FBI para que la analizaran, pero queda en claro que si no hubiera sido por ambos delincuentes no habrían dado con ella a tiempo.
Y en el estado vecino, Nueva Jersey, dos mendigos también salvaron la vida de inocentes tras haber encontrado una mochila. La tomaron y caminaron unas calles para estar seguros y abrir su contenido con la intención de encontrar cosas de valor, pero cuando se dieron cuenta que adentro sólo habían cables y extrañas formas dejaron la mochila en el piso y contactaron de inmediato a la policía, quien confirmó que se trataba de cinco bombas caseras.
Los agentes desactivaron más tarde las bombas pero detonaron una por accidente, aunque se confirmó que no hubo ningún elemento herido ya que tomaron las medidas necesarias para su manejo.
A veces dicen que la curiosidad mató al gato, pero en esta ocasión las personas que menos podíamos imaginar terminaron salvando a inocentes.