Estados Unidos mantiene la prerrogativa de ser el primero en activar una bomba atómica en caso de conflicto.
Algunas potencias nucleares, como China, se comprometieron a no ser los primeros en emplear armas atómicas, pero Estados Unidos y sus socios de la OTAN no van a renunciar a esta opción, declaró el martes el secretario de Defensa de EE.UU., Ashton Carter.
Durante una visita a la base aérea de Kirtland (en Nuevo México, sudoeste), donde se encuentra el centro de investigaciones atómicas, el jefe del Pentágono aseguró que se reservan el derecho a ser los primeros en disparar, “ha sido nuestra política desde hace mucho tiempo, y forma parte de nuestros planes para el futuro”.
Últimamente circulaban rumores en Washington de que el presidente estadounidense, Barack Obama, se disponía a hacer una declaración de renuncia a esta prerrogativa.
Hasta en el debate presidencial entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump se planteó la cuestión, a la que ninguno de los candidatos respondió con claridad.
Por otra parte, hoy mismo dos parlamentarios estadounidenses presentaron un proyecto de ley que prohibiría al presidente estadounidense ser el primero en lanzar un ataque nuclear sin una declaración de guerra previa por parte del Congreso.
El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) informó en junio de 2015 que, a pesar del renovado interés internacional por el desarme nuclear, los programas de modernización de los Estados con armas nucleares (en particular EE.UU., Rusia, el régimen israelí, China, Francia, el Reino Unido, La India y Paquistán, entre otros) muestran que ninguno de esos países eliminará sus arsenales en un futuro cercano.
Estados Unidos es el único país del mundo que ha hecho uso de las bombas atómicas y sigue aumentando sus arsenales, aun cuando insiste en que desea un mundo libre de armas nucleares y prohíbe a otros países disfrutar incluso de la energía nuclear pacífica.
HispanTV