México es el único país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sin una base digital de datos de la identidad de sus ciudadanos. Igualmente, está en la cúspide de los países de América Latina y el Caribe con mayor número de niños menores de cinco años sin registro de nacimiento.
Son 800 mil menores mexicanos sometidos a ‘‘aislamiento’’ e ‘‘invisibilidad’’ social, advirtieron especialistas participantes en la Semana Interamericana de Identidad, organizada por la Secretaría de Gobernación (SG).
En el caso de nuestro país, uno de los principales retos, además de incorporar a los niños a un esquema de registro oportuno, es construir una base de datos a partir de las existentes. Estas listas, con diferentes características, son operadas actualmente por la cancillería en la expedición de pasaportes; el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Servicio de Administración Tributaria y el Instituto Nacional Electoral, entre otras instancias. A falta de cédula o clave única, la credencial para votar funge como identificación oficial, por contar con el mayor número de datos personales y biométricos. Sin embargo, las propuestas de solución a esta problemática, tanto del sector público como privado, se topan con escasez de recursos presupuestales para el año entrante.
En el primer punto, el Registro Nacional de Población (Renapo) solicitó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público una partida adicional –a los recursos recortados para 2017– a fin de impulsar y concluir un proyecto de identidad para todos los habitantes del país, cuyo costo es de al menos 800 millones de pesos, como se informó ayer en este diario.
Del ámbito privado, la empresa Biometría Aplicada –dedicada a la administración de identidad digital, toma de datos biométricos, como huellas digitales, de iris, imágenes y sistemas de empadronamiento– entregó a Gobernación una propuesta para implementar sistemas móviles y esquemas flexibles a lugares de difícil acceso o en aquellos con más retraso en los registros.
Un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), presentado en este cónclave continental, indica que hay 3.2 millones de niños menores de cinco años en América Latina y El Caribe sin registro de nacimiento. Uno de cada cuatro pequeños en esta situación (800 mil) vive en México, 600 mil en Brasil, 570 mil en Venezuela, 290 mil en Bolivia y 250 mil en Haití, principalmente.
Adolfo Loera, director de Biometría Aplicada, dijo que el gobierno federal, específicamente el actual secretario de Hacienda, José Antonio Meade, y funcionarios de Gobernación, admiten que la construcción de una base digital nacional de identidad es indispensable y urgente para apuntalar en el corto plazo la llamada economía digital, así como tener más elementos ante la problemática de seguridad (desaparición y trata de personas). ‘‘El modelo propuesto es factible y puede ser mixto’’, explicó Loera en entrevista.
Los especialistas de la región fijaron metas para los siguientes años con el fin de abatir rezagos de aquí a 2030, a fin de llegar al ‘‘registro universal’’ de personas.
En el caso de México hay retos en materia geográfica y de diversidad cultural que impiden la toma y validación digital de las características de identidad de los habitantes. Por ejemplo, precisó el director del Renapo, Jorge Rojo, mucha gente cree que es suficiente tener la fe bautismal; también hay demoras porque las madres solteras tienen dificultad con los padres de los menores para que acudan a inscribirlos al registro civil.
Fuente: La Jornada