Isabel y Federica, sudamericana e italiana respectivamente, pertenecían a la orden franciscana cuando se conocieron en un viaje de peregrinación. Las dos monjas se enamoraron una de la otra, y colgaron los hábitos para poder estar juntas, informó Excélsior.
Como la prensa se había enterado de la fecha programada para su boda, decidieron adelantarla y así evitar el revuelo. Se casaron un día antes en Pinerolo, una ciudad italiana cuyo alcalde, Luca Salvai, formalizó la unión entre ambas. “Fue una ceremonia muy discreta”, declaró Salvai. “Es una celebración para ellas y me alegro de haberlas ayudado a cumplir su deseo”.
Las dos mujeres tuvieron que notificar al Vaticano sobre su decisión de abandonar su vocación; sin embargo, no tienen intención de abandonar su fe: “Nos gustaría que la iglesia acogiera a todas las personas que se quieren”, declaró Federica a La Stampa.
La pareja contempla una ceremonia religiosa oficiada por Franco Barbero, un excura que fue excomulgado por el Vaticano por su abierto apoyo a la comunidad LGBT. “Ambas son dos hermosas personas con una fe muy profunda”, dijo Barbero. “Lo pensaron durante mucho tiempo y tomaron esa decisión con mucha valentía, sabiendo que no todos la aceptarían”.
Apenas este año se legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en Italia. “Dios quiere que la gente que se ama lo haga abiertamente”, dijo Isabel.