Carmen Aristegui Flores lleva 19 meses fuera del aire. Su salida de la radio, aunque resultado de un conflicto ético-comercial por la participación de Noticias MVS en el proyecto MéxicoLeaks, se enmarca para los analistas más en el escenario que se generó por la divulgación de un reportaje que cimbró a la clase política mexicana y trasminó a la sociedad.
Desde entonces Aristegui ha tenido en la TV de paga y en las redes sociales su única ventana de comunicación con sus audiencias y ahora es posible que desde Internet intente quitar brillo al noticiero estelar del nuevo canal de televisión que arranca el próximo lunes y también rating a los demás informativos de proyección nacional ya establecidos.
Semanas atrás, involucrados en la industria del entretenimiento y la información afirman que Carmen Aristegui y su equipo de investigación volverán a las pantallas, pero con un noticiero transmitido por Internet; es una afirmación que no ha sido desmentida por la periodista o sus allegados.
Más allá de las especulaciones, queda para el análisis qué tan factible es que Aristegui se lance por las noches desde Internet a competir las audiencias a las televisoras en momentos en que éstas hacen millonarias apuestas en reconfigurar sus ofertas de contenidos e infraestructura y también, cuando el Estado mexicano prosigue con su intención de licitar desde este mes más señales para nuevas estaciones de televisión, al menos dos más sólo para la Ciudad de México.
Medio México aún no está conectado a Internet y Carmen Aristegui ha estado 19 meses fuera de los grandes medios masivos de información, aun cuando en ese tiempo recibió propuestas para volver al cuadrante de FM. Pero su ausencia no significa que no tenga la credibilidad periodística o que no exista en el país el suficiente número de internautas con interés para escucharla como para que no pueda robar audiencia a sus colegas de la información en los medios tradicionales.
De lograr atención en Internet, Aristegui habrá abierto el camino para un nuevo nicho en los informativos y demostrado que es una realidad que la red se ha convertido en la nueva plataforma de competición a la que no debe seguir desdeñando la televisión abierta, coincidieron especialistas.
Legalmente, además, también es factible que la periodista pueda conformar acuerdos con Uno TV de América Móvil para lanzar un noticiero por Internet bajo esa plataforma, pues luego de la decisión del IFT del 9 de junio sobre la naturaleza de este portal en particular, no existe impedimento regulatorio como para que el sueño de la egresada de la UNAM por volver con su público no pueda ser posible. Y en el camino, Aristegui podría, si así fuera su intención, buscar a Megacable para ocupar un horario luego del pulso que esa cablera mantiene con Grupo Televisa por el retiro de una serie de canales de su parrilla de programación.
También podría ocurrir que en un eventual acuerdo con Uno TV, Carmen Aristegui entre al Canal 52Mx de sus ex patrones de MVS, toda vez que Uno TV de Telmex transmite un noticiero por ese canal y éste a su vez también llegó recientemente a unos cuantos canales del grupo Multimedios, propietario del periódico Milenio Diario, tras acuerdos con MVS Comunicaciones, hecho que causó revuelo entre los analistas al cuestionarse si con el arribo del 52Mx a Multimedios no llegaban también Telmex y Uno TV a la televisión de paga, posibilidad que Teléfonos de México tiene expresamente prohibida en su título de concesión.
Por ahora el foco de atención de la periodista es Internet. El potencial en las redes existe y está en Carmen Aristegui saber llegar a sus audiencias y en éstas demostrarle su atención.
Datos de la Asociación Mexicana de Internet (Amipci), al cierre del 2015, sostienen que en números redondos viven en el país 65 millones de internautas, que es lo mismo que el 59.8% de la población. Que hasta diciembre del 2015 había en México 15 millones de suscripciones a Internet de banda ancha fija, 14.2% más que en 2014, esto según el IFT, por donde es posible mandar un contenido; un noticiero en línea, por ejemplo.
Que, según la Amipci, si se mide el poder adquisitivo de los internautas mexicanos, el 97% de ellos caen en los niveles socioeconómicos A, B, C, C+, y D+ y que de la totalidad de los internautas, el 87% gusta de conectarse en sus casas y que cuando están allí, tres de cada cuatro busca información; que 52% mira contenidos vía streaming y 80% comenta información en redes sociales.
Que medido por tiempo de Internet consumido, el mexicano está enchufado a la red 7.14 horas cada día, 1.3 horas más en 2015 en comparación con 2014.
“Puede abrir un nuevo nicho en términos de plataforma, pues su nicho ya lo tenía con las audiencias. Que habrá complicaciones, seguramente; pero su regreso lo espera la audiencia desde hace mucho, pues con su salida se vio afectada la pluralidad informativa”, comenta Aleida Calleja, coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Regulación Medios y Convergencia.
“El problema será cómo llega a ese medio país que está desconectado, al que su única opción sigue siendo la TV abierta y donde las televisoras tienen ventaja. Su ventaja de ella es ese buen sector que está conectado en las redes y que la siguen, tanto así que reclamaron por salida, presentando más de 2,000 amparos cuando salió del radio. Con esta posibilidad existe una importante ventana de oportunidad para ella y para las audiencias”, añade Aleida Calleja.
Carmen Aristegui debe ser sensata y observar todo el espectro de posibilidades y riesgos que implica transmitir un noticiero en Internet. Debe mirarse en el espejo de José Gutiérrez Vivó para no correr la misma suerte de éste con su programa informativo y de opinión “Vivó en vivo”, que tiempo atrás comenzó a transmitirse por YouTube y aunque hizo mucho ruido al inicio, al final su eco se desvaneció.
“El primer reto es la conectividad. La TV requiere de un ancho de banda que podría dificultar el acceso. Supongamos que el escollo técnico es superado, habría que ver a qué audiencia se dirige. Es difícil construir ahora una audiencia para Aristegui por Internet. Supongamos que una parte sí sean los jóvenes, con todo y que no la busquen cotidianamente”, dice Claudia Benassini, profesora-investigadora de la Universidad La Salle.
Pero… “el público adulto en horario fijo por Internet es el problema. Ciertamente, estos públicos han entrado al entretenimiento. ¿Pero a la información? Tendría que trabajar mucho, invertir mucho dinero y pensar en un proyecto a mediano-largo plazo o Aristegui tiene muchas probabilidades de correr la misma suerte de Gutiérrez Vivó”, señala Claudia Benassini.
De ser ciertas, las versiones que apuntan a que el noticiero de Carmen Aristegui saldrá al ciberespacio en la noche del 17 de octubre o a más tardar la semana siguiente, la acción de la periodista pudiera ser entendida como un golpe mediático y con dedicatoria al inicio del noticiero de su colega Ciro Gómez Leyva por el nuevo canal 3 de Imagen Televisión que también se verá en los hogares este lunes.
Ciro Gómez Leyva tiene además el noticiero matutino más escuchado de la radio en el horario que Aristegui dejó tras su salida de MVS Radio. “Su lanzamiento el 17 de octubre, efectivamente puede ser una estrategia. Sobre todo si consideramos que Gómez Leyva tiene el primer lugar de rating en el horario que ella dejó vacío”, detalla Benassini.
Existe “un margen” para que Aristegui y su equipo, considera Clara Luz Álvarez, especialista en telecomunicaciones y ex comisionada en la desaparecida Cofetel. Hay que recordar, sostiene la experta, que en el horario nocturno más personas se encuentran en casa atentos a los medios electrónicos; que hay cerca de 15 millones de hogares conectados a Internet a donde un noticiero de este corte podría llegar, ya sea por pantalla de televisor o dispositivo móvil y para más de una persona, y que por tanto, la periodista tendría posibilidad de ganar una porción del rating que logran Televisión Azteca y Televisa.
De acuerdo con HR Ratings Media Research Center en la semana del 3 al 9 de octubre del 2016, los noticieros de Hechos de la Noche, de TV Azteca, y Diez en punto, de Televisa, alcanzaron cada uno 10.5 puntos de rating, entendiéndose cada punto como un alcance de 57,480 telehogares. Ese es el deber de Carmen
“Llama la atención que (Aristegui) no haya salido a desmentir estos dichos. Pero si asumimos que fuera cierto y que sale al mismo tiempo que la nueva señal o al mismo horario que todos los demás (noticieros), estaremos entonces ante la presencia del libre mercado y se pondrá de manifiesto que la TV abierta ya no tiene el mismo poderío de antes. Eso no quiere decir que vaya a desaparecer, pero estaremos viendo una nueva plataforma que se convierte en competencia directa de los noticieros tradicionales, que debiera ser un foco de preocupación para los empresarios de la TV abierta”.
“El (posible) éxito de un noticiero a partir de Internet demostraría que la creatividad y diferenciación de un periodista respecto a otros periodistas puede marcar diferencias y que el que te arrope un noticiero estelar ya establecido no indica que tendrás audiencias cautivas, porque ahora las audiencias pueden cambiarse de plataformas. Se concrete o no (el noticiero), se está abriendo un nuevo camino y la credibilidad de los periodistas se pone a prueba. Las audiencias buscan mejores contenidos, no es lo mismo de hace 30 años con una sola televisora y nada de Internet. Ahora el estándar se ha subido y los noticieros establecidos se deben poner la pilas”, añade Clara Luz Álvarez.
Carmen Aristegui no ha confirmado el estreno de un noticiero por Internet, pero tampoco lo ha negado. Sólo se queda la advertencia que lanzó sobre su regreso a través de un video divulgado en las redes de Internet:
“…Si la radio mexicana no nos quiere y la televisión abierta, menos. Vamos a construir un espacio. Ya sabemos que no será asunto sencillo. Estamos preparándonos para estar de nuevo al aire, construyendo un nuevo espacio; con nuevos horizontes… Vamos a comunicarnos entre nosotros; construyamos juntos nuevos espacios para la comunicación… ¿Lo lograremos? Yo creo que sí, en todo caso lo sabremos pronto… Esperen noticias de nosotros pronto”.
Fuente: El Economista