“Magic Eye” es una serie de libros que se popularizaron durante la década de los noventa en el mundo entero y que actualmente siguen siendo distribuidos. Constituyen compendios de estereogramas, o bien, imágenes formadas por puntos distribuidos aleatoriamente, que vistos de cierta forma, permiten al observador ver imágenes en 3D al concentrarse en los patrones presentados en 2D.
Muchos de nosotros nos rompimos la cabeza para tratar de encontrar la figura oculta entre mares de patrones de puntos y colores, aunque muchos otros los desconocen. Sin embargo, sea que hayas disfrutado de “Magic Eye” o no, ¿sabes cómo funciona un estereograma?
De acuerdo con un video del canal de Youtube de Vox, las imágenes de “Magic Eye” están diseñados para utilizar una vista o mirada “divergente”, es decir, en donde el observador no se supone que observe la imagen presentada, sino más bien un punto en específico -de modo que eventualmente tus ojos logren acomodar los puntos para captar la imagen oculta-.
La idea es relajar la vista para generar una “doble visión” -como cuando hacemos bizco imitando la mirada estrábica-, para después, concentrarse en lo visto hasta poder empatar el patrón visible y el patrón oculto, lo que nos permite develar la imagen en 3D.
EL ARGUMENTO CIENTÍFICO
Estereopsis o el arte de la imagen tridimensional:
Existe una distancia de 66 milímetros entre las pupilas de nuestros ojos, lo que significa que cada ojo obtiene una versión distinta, por diferencia de ángulo, de un mismo objeto percibido. Sin embargo casi no notamos la diferencia porque el cerebro se encarga de combinar ambas versiones para conformar una sola imagen, gracias a lo que nos es posible percibir más profundidad de la que podemos captar con un solo ojo, gracias a lo cual podemos ver en tercera dimensión.
Por eso cuando combinamos dos imágenes similares pero no iguales y las empalmamos, obtenemos una ilusión de profundidad -como en el caso de los estereoscopios (inventados en 1840), o de las películas en 3D, y más recientemente, la realidad virtual-.
Con el siguiente ejemplo te será más fácil entender este principio. A continuación verás un video en el que verás dos imágenes prácticamente iguales. Tú tarea será, primero, hacer bizco -de ese modo verás tres imágenes en lugar de dos-. En segundo lugar, trata de concentrarte únicamente en la imagen de en medio hasta que la veas con relativa claridad. Si te fijas bien, notarás que la figura pareciera salir de la pantalla. ¡Listo! Lo lograste.
Los estereogramas modernos, como ya se ha dicho, están conformados a partir de puntos aleatoriamente distribuidos y el proceso es prácticamente igual al de los estereogramas clásicos: se empalman dos series de puntos con una ligera diferencia, lo que hace que el cerebro se vea obligado a unificar los patrones, teniendo como resultado una imagen específica.
Desgraciadamente explicarlo con palabras no esclarece mucho, así que he aquí otro experimento. El siguiente video te mostrará lo que parece ser una pantalla con estática. En la parte superior verás dos puntos negros. Haz lo mismo que hiciste anteriormente, es decir, haz bizco hasta que logres ver tres puntos y trata de enfocar el punto de en medio. Si ejecutas bien la misión, verás a un hombre bailar. Simplemente genial, ¿no es cierto?
Sin Embargo