La iglesia más alta del mundo está siendo atacada y el agresor es el ácido de la orina humana.
La magnífica torre de 162 metros de altura de la catedral de Ulm domina la ciudad alemana del mismo nombre, que se encuentra en el río Danubio, en Baden-Württemberg.
Ahora, los funcionarios encargados de su mantenimiento dicen que la base de piedra de la torre gótica, que ha funcionado como lugar de llegada para los trasnochadores que buscan dónde hacer sus necesidades, está siendo erosionado por la sal y ácidos de la orina, reporta Südwest Presse.
El ‘Wildpinkler’, como se conoce en Alemania la acción de orinar al aire libre, se ha convertido en un problema tal que a principios de este año la ciudad duplicó las multas de 109 dólares para cualquiera que sea sorprendido en el acto.
“He estado vigilándola durante medio año y vuelve a quedar recubierta con orina y vómito”, dice Michael Hilbert, director del mantenimiento del lugar, citado por Südwest Presse. “Se trata de mantener la ley y el orden”.
Con la temporada de fiestas a la vuelta de la esquina, y un festival de vino y mercado de Navidad que tendrá lugar en la plaza Münsterplatz, Hilbert dice que los organizadores deben asumir la responsabilidad de suministrar baños públicos.
Una portavoz de la ciudad ha declarado a Südwest Presse que “siempre y cuando haya personas”, será difícil encontrar una solución viable.
La portavoz añadió que “la ciudad lo hace muy bien” en sus esfuerzos por resolver el problema, pero mientras que las patrullas de policía se han incrementado y los organizadores de eventos son muy conscientes de la situación, la imposición de multas más altas hasta ahora ha sido incapaz de detener la marea.