Los productores de aguacate talan vastas extensiones de bosque para dar cabida a más árboles frutales en el estado de Michoacán, la capital mundial del aguacate. Por otra parte, también hay preocupación por los efectos de la industria para los residentes locales, pues los químicos que se emplean en las plantaciones de aguacate podrían estar detrás de las enfermedades que padecen, publica ‘The Independent’.
Los bosques lo pagan caro
Alrededor del 40% de los aguacates del mundo se cultivan en México, y la mayoría proviene del área de Jujucato y el lago de Zirahuén, en el estado de Michoacán. De acuerdo con datos oficiales, las plantaciones de aguacates ocupan cerca de 137.000 hectáreas del estado.
La mitad de esos huertos fueron plantados en bosques después de que la tierra fuera comprada “a través de dudosos medios legales”, señaló Jaime Navia, jefe de una ONG de tecnología rural llamada Gira. Según él, la deforestación está creciendo a un ritmo del 2,5% anual.
Si bien existe una fuerte demanda local, la producción se ha incrementado debido al creciente atractivo internacional del aguacate ―especialmente por parte de EE.UU. y de países como Japón― y los bosques han pagado el precio, resume ‘The Independent’.
Un hombre trabajando con un tractor durante la cosecha de aguacate en el municipio de Uruapan, estado de Michoacán (México), el 6 de abril de 2016Un hombre trabajando con un tractor durante la cosecha de aguacate en el municipio de Uruapan, estado de Michoacán (México), el 6 de abril de 2016Enrique CastroAFP
La gente también lo sufre
Salvador Sales, un profesor local, indicó al diario que sus estudiantes sufren cada vez más problemas de respiración y de cuestiones relativas al estómago. “Creemos que es causado por los productos utilizados para rociar los huertos de aguacate”, sostuvo y añadió que el viento podría arrastrar los vapores químicos hasta los hogares de sus alumnos.
Por su parte, expertos advierten que los productos químicos utilizados en los huertos pueden derramarse hacia las aguas subterráneas, arroyos, ríos y lagos, y posteriormente causar enfermedades a la población. En ese sentido, el especialista local Alberto Gómez Tagle observa que muchas comunidades que dependen del agua del lago de Zirahuén ya están sufriendo los efectos del escurrimiento del químico.
Una localidad de la zona incluso solicitó ayuda a los investigadores cuando distintos residentes comenzaron a padecer problemas hepáticos y renales que no existían hasta que “se expandieron los huertos de aguacate y se aplicaron todo tipo de pesticidas”.
El llamado ‘oro verde’ es el principal ingreso de la economía de Michoacán. El secretario de Urbanismo y Medio Ambiente Ricardo Luna García afirma que el ingreso por esta actividad supone 17.000 millones de pesos anuales (unos 872 millones de dólares), mientras que cada año se exporta un millón de toneladas de esta fruta.
Fuente: RT