Con el objetivo de presentar el panorama actual del trabajo del hogar remunerado y analizar el papel de las instituciones públicas en el incremento de oportunidades para la población que se desempeña en esta ocupación, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, el Instituto Nacional de las Mujeres y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, promovieron la realización del foro “Situación de las trabajadoras del hogar”.
“El reconocimiento de los derechos de las trabajadoras del hogar, correspondería con los postulados del Plan Nacional de Desarrollo (2013-2018), para que en México haya una sociedad de derechos”, estableció el director de Programas Educativos y Divulgación del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Daniel Ponce Vázquez.
Al participar en el Foro “Situación de las trabajadoras del hogar”, Ponce Vázquez dijo que existen factores de desinformación, pero sobre todo barreras sociales y culturales que imposibilitan el reconocimiento de los derechos de las trabajadoras del hogar y que impiden impulsar con mayor fuerza el México incluyente que la sociedad demanda.
Por su parte, María de la Paz López Barajas, Directora General de Institucionalización de la Perspectiva de Género del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), señaló que la igualdad sustantiva consiste en el igual reconocimiento y disfrute de los derechos humanos por mujeres y hombres; es decir los mismos derechos al acceso de recursos, respeto, dignidad e igualdad en el ejercicio de la voz.
El progreso en la igualdad sustantiva requiere de acciones públicas en tres vertientes: corregir las desventajas, es decir, igualar los recursos; eliminar los estigmas, estereotipos y violencia y fortalecer la agenda, la voz y participación de las mujeres. Todas y todos debemos hacer conciencia de los aspectos, económicos y sociales que influye en este proceso y comenzar a incluir al trabajo no remunerado del hogar como parte del cambio, finalizó.
Asimismo, el Lic. Rodrigo Alonso Cárdenas Gómez, Director General de Fomento a la Seguridad Social de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, presentó el diagnóstico y beneficios de la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Finalmente, la representante de Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar A.C. (CACEH), Martha Leal Moral, se refirió a las condiciones precarias en las que se desempeñan las trabajadoras del hogar en la actualidad e instó al Gobierno de la República a continuar trabajando por el compromiso de ratificar el Convenio 189 de la OIT.
El trabajo doméstico consiste en el trabajo realizado en un hogar y para él, incluye el cuidado de niñas y niños, así como otras y otros integrantes del hogar. Esta actividad ha sido desvalorizada por ser generalmente las mujeres quienes la realizan, por lo tanto no es reconocida socialmente como trabajo. En ese sentido, trabajo del hogar es el nombre con el que las trabajadoras reivindican su actividad económica y productiva.
En el ámbito remunerado, esta ocupación es desempeñada principalmente por mujeres, nueve de cada diez personas empleadas para el trabajo doméstico lo son. Esta población también se caracteriza por ser en su mayoría indígenas, provenientes de zonas rurales, con bajo acceso a la educación y vivir en situación de pobreza.
En México, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, del total de la población que se encontraba ocupada en el país en el segundo trimestre de 2014, el 4.6% eran trabajadoras y trabajadores domésticos. Este grupo representó el 11% de las mujeres ocupadas y 0.7% de los hombres ocupados.
La informalidad y la falta de valorización y regulación de este trabajo han generado una serie de problemáticas para quienes lo realizan. Este tipo de ocupación es poco visible, ya que se desarrolla en el ámbito privado, las trabajadoras del hogar son más propensas a sufrir alguna violación a sus derechos humanos y laborales, tales como la falta de privacidad, no tener un contrato u horario definido o no contar con las prestaciones económicas y sociales que tienen otras y otros trabajadores.
En la actualidad los derechos humanos y laborales de las trabajadoras del hogar no son una realidad tangible. Por ello, la suma de esfuerzos entre las diferentes dependencias y entidades del sector público puede ser la mejor estrategia a corto plazo, para lograr acercar los apoyos y los servicios necesarios para que las mujeres que se dedican a esta actividad remunerada puedan acceder al ejercicio de sus derechos, en beneficio de ellas y sus familias. Al tiempo que suceden las reformas que se han encaminado, desde diferentes sectores, para lograr el pleno reconocimiento del trabajo del hogar remunerado y su regulación.
Para las trabajadoras del hogar, igualdad, ni más ni menos.