Hillary Clinton acusó ayer al jefe de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), James Comey, de su derrota electoral, al considerar que le asestó un duro golpe a su campaña tras anunciar la reapertura de la investigación sobre sus correos electrónicos.
En una llamada telefónica con donantes, filtrada a medios como The Washington Post, Clinton responsabilizó de la derrota al director del FBI, James Comey, que 11 días antes de las elecciones anunció una nueva investigación sobre el uso que hizo Clinton de servidores de correo privados para tratar asuntos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013).
Durante la llamada de unos 30 minutos, Clinton consideró que la decisión de Comey colocó de nuevo la polémica de los correos electrónicos en la portada de los medios de comunicación, acaparó la atención del público e impidió a la demócrata cerrar la campaña con un mensaje optimista, destinado a conquistar a los indecisos.
La excandidata demócrata a la Presidencia mencionó también, entre otros factores, “las dudas infundadas sembradas por Jim Comey”, que “frenaron nuestro impulso”, según señaló uno de los participantes en el sitio de informaciones Quartz.
A pesar de que el 6 de noviembre Comey dijo que el análisis de los emails no había revelado nada significativo y que el FBI no iniciaría procedimiento alguno contra Clinton, el anuncio no cambió la postura del electorado, consideró la demócrata, de acuerdo con la misma fuente.
Un donante dijo a su vez a la cadena CNN que los anuncios del FBI fueron “muy duros de sobrellevar” para la campaña demócrata.
Clinton ha mantenido un perfil bajo desde que reconoció su derrota en la mañana del miércoles pasado.
En tanto, ayer dijo a sus seguidores que su equipo redactó un memorando analizando el cambio en los sondeos antes de la jornada electoral y se llegó a la conclusión de que la carta de Comey fue un punto de inflexión.
La excandidata aseguró a sus donantes que su rival republicano Donald Trump logró beneficiarse de ambos anuncios del FBI y usarlos para atacarla, según dos participantes en la llamada.
Aunque la segunda carta la eximía de cualquier irregularidad, Clinton afirmó que reforzó la visión de los partidarios del hoy Presidente electo de que el sistema estaba amañado a su favor.
La exsecretaria de Estado perdió en Wisconsin, la primera ocasión desde 1984 en la que el estado apoya a un aspirante presidencial republicano. Aunque el resultado final en Michigan no es oficial aún, se inclina hacia el bando republicano, algo que había pasado por última vez en 1988.
Fuente: Excélsior