En 2008, a Hanneke de Bruijne, de 59 años, le diagnosticaron Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Esta dolencia neurodegenerativa va paralizando todos los músculos, pero deja intacta la mente. Al igual que otros pacientes con esta dolencia, iba camino de quedar encerrada en su propio cuerpo siendo completamente consciente, pero sin poder comunicarse.
En 2010 De Bruijne, cuando sus pulmones dejaron de moverse, pidió que le implantasen una máquina de respiración asistida. “La mayoría de los pacientes optan por no usar el respirador y deciden morir”, explica Nick Ramsey, profesor de neurociencia cognitiva en el Centro Médico Universitario de Utrecht (Holanda). “Por un lado no quieren ser una carga para sus familias”, explica, y además “tienen miedo de quedarse encerrados en su propio cuerpo”.
De Bruijne había perdido la capacidad de mover cualquier parte de su cuerpo, excepto los ojos. Estos le permitían seguir comunicándose gracias a una máquina que sigue su movimiento. Tras presentarse voluntaria a un estudio pionero, De Bruijne se ha convertido en el primer paciente capaz de comunicarse gracias a un implante cerebral desde su casa, sin necesidad de estar en un hospital ni ser asistida por especialistas, asegura Ramsey. Hasta ahora, implantes similares habían conseguido que personas paralizadas consiguiesen manejar brazos robóticos, pero requerían un voluminoso equipo tecnológica y la presencia de especialistas.
De Bruijne había perdido la capacidad de mover cualquier parte de su cuerpo, excepto los ojos
La operación consistió en hacer unos pequeños orificios en el cráneo para introducir electrodos en la corteza cerebral. Cuando De Bruijne piensa en mover los dedos de la mano derecha, los implantes captan la señal cerebral y la traducen a un click de ratón en un ordenador. Un transmisor similar a un marcapasos implantado bajo su clavícula emite esas señales a un ordenador, lo que le permite manejar un teclado sin necesidad de mover ningún músculo. Los médicos del centro holandés han desarrollado la programación de la máquina, para que, por ejemplo, sea capaz de predecir qué palabra se desea escribir, según explican en un estudio recién publicado en la revista New England Journal of Medicine.
La paciente controla el teclado pensando en mover los dedos de su mano derechaampliar foto
La paciente controla el teclado pensando en mover los dedos de su mano derecha
La paciente tardó unos siete meses en aprender a manejar el sistema. Este le permite escribir dos letras por minuto, pero en su propia opinión es un gran avance. De Bruijne, madre de tres hijos, ha dicho que el nuevo sistema de comunicación “le es igual de útil” que el que ya usaba basado en sus ojos, aunque sea más lento, ha dicho Ramsey. “Una de las ventajas adicionales es que los sistemas de reconocimiento visual se paran cuando la iluminación es mala, lo que frustra a los pacientes”, explica este psicólogo. “El nuevo sistema le permite comunicarse incluso fuera de su casa”, resalta.
La mujer lleva un año usando el nuevo sistema. “Mi sueño es poder mover mi silla de ruedas”, ha señalado, según Newscientist.
El investigador dice que este tipo de implantes podrían ayudar a comunicarse a otros pacientes totalmente paralizados por ictus, tumores cerebrales o accidentes. “Nuestro objetivo final es que aquellos pacientes que deseen seguir viviendo tengan la posibilidad de comunicarse de forma independiente”, resalta el investigador.
Estos implantes podrían ayudar a comunicarse a pacientes tras sufrir ictus, tumores cerebrales o accidentes
El equipo pretende probar el implante, desarrollado por la empresa estadounidense Medtronic, en otros dos pacientes el próximo año. Si el sistema pasa este estudio piloto comenzarían un ensayo más amplio con 20 personas en EE UU, Francia, Japón y Holanda, dice Ramsey. El proyecto ha sido financiado con becas del Gobierno Holandés y por el prestigioso Consejo de Investigación Europeo. “Pensamos que estos implantes podrían comenzar a comercializarse en 2021”, a un precio “de unos 40.000 euros”, señala Ramsey.
“Para el reducido grupo de pacientes con ELA que pierden la capacidad de movimiento de los ojos este tipo de implante les ofrece la vida”, opina Jesús Esteban, coordinador del grupo de Enfermedades neuromusculares de la Sociedad Española de Neurología. Este médico, jefe de la unidad de ELA del Hospital 12 de Octubre de Madrid, comenta que los dispositivos que graban el movimiento de los ojos siguen siendo más versátiles como herramienta de comunicación para personas paralizadas. Pero estos nuevos implantes cerebrales “abren un nuevo campo” y “permitirían realizar tareas sencillas como cambiar de canal en la televisión, llamar a alguien o controlar electrodomésticos”, resalta.
En España hay unas 4.000 personas con ELA y se diagnostican unos tres casos nuevos al día. “Las estimaciones muestran que una de cada 400 personas sufrirá esta enfermedad a lo largo de sus vidas”, explica Esteban.
Fuente: El País