Jillian Michaels se hizo famosa por ser la dura y exigente entrenadora del programa The Biggest Loser en 2013, en el que personas con obesidad compiten por perder la mayor cantidad de peso. Ahora demanda a Lionsgate por distribuir sus videos de ejercicio en YouTube.
Michaels celebró con Lionsgate un acuerdo de distribución que establece que el pago de regalías se incrementará de forma proporcional al número de videos de ejercicio que se distribuyan en el mercado.
Pero de acuerdo con la demanda de arbitraje presentada por Michaels, al publicarse esos videos en el canal de Lionsgate en YouTube llamado BeFit, se está cometiendo un “canibalismo” con las ventas.
Segín los documentos presentados, Lionsgate recibió de YouTube 5 millones de dólares para iniciar el canal en 2012, que ha acumulado a la fecha cerca de 350 millones de visitas y 2,6 millones de suscriptores. Michaels afirma que casi la mitad de vistas del canal corresponden a sus videos.
Michaels también afirma que Lionsgate la ha dañando porque al transmitir los videos de forma gratuita está dañando el mercado y sus ganancias por tener derecho a regalías por cada unidad que se venda al consumidor pero además se está destruyendo el mercado de videos que produce la entrenadora y que no están asociados con el acuerdo.
Según el acuerdo celebrado entre Lionsgate y Michaels ella debe recibir el 10 por ciento de los ingresos por la venta de las primeras 150,000 unidades distribuidas, el 12.5 por ciento por las siguientes 150,000, y 15 por ciento a partir de las 300,001 las unidades distribuidas.
Michaels destaca que Lionsgate no le ha pagado nada por las unidades distribuidas en YouTube o por los ingresos en publicidad que los mismos generan.
Se destaca que en el acuerdo no existe ninguna disposición que permita a Lionsgate distribuir unilateralmente los videos, sin realizar ningún pago a Michaels, o como es el caso, ponerlos a disposición del público sin ningún costo.
Michaels alega que Lionsgate ha incumplido el contrato y el pacto de buena fe y trato justo por no haber consultado el asunto con ella, además de competencia desleal, exigiendo una compensación de 10 millones de dólares, así como que se ordene a Lionsgate eliminar los videos de YouTube.
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