Durante los últimos nueve domingos, el pequeño Ciro Ortiz, de 11 años, ha ofrecido terapia psicológica a los neoyorquinos en una parada del metro. El niño se ha instalado en la estación con una pequeña mesa y un letrero de cartón para dar ‘consejos emocionales’ en sesiones de cinco minutos por el módico precio de dos dólares.
Como explica New York Post, en el pasado Ciro fue víctima del acoso escolar y ello le inspiró a empezar este “negocio” terapéutico en lugar de “canalizar sus tendencias empresariales hacia un puesto de limonadas”.
En un buen domingo, Ciro gana hasta 50 dólares , pero no piensa derrocharlos en tonterías. Su padre, Adam Ortiz afirma que “no es egoísta” y “compra comida en la escuela para niños que no pueden pagarla”. “He conocido a tanta gente maravillosa. Voy a terminar teniendo tantos amigos”, recuerda las palabras de Ciro su madre, Jasmine Aequitas.
Uno de los profesores del niño piensa que su sabiduría se la debe a sus padres, que siempre lo han animado a ser amable con todos y seguir sus sueños, aunque ello implique tener que pasar sus domingos trabajando en una estación de metro.
Según los padres de Ciro, los clientes aseguran que los consejos que les da el niño valen el dinero que les cobra y que muchas veces el menor les dice “lo que habían estado sintiendo por mucho tiempo”.
El propio niño revela que el problema más común que ha visto es que los adultos se fijan demasiado en el pasado y tienen problemas para lidiar con los cambios que suceden en la vida. De ahí que siempre les dé un consejo: “Tenemos que aceptar el cambio. Va a suceder, siempre va a suceder. La vida siempre está cambiando”.
Sin Embargo