“No tiene calidad moral ni política el ex candidato a gobernador, Enrique Serrano, para acusar que Javier Corral busca engañar a los chihuahuenses con el presupuesto estatal 2017, pues hay una enorme diferencia entre la ingeniería financiera del actual gobierno y la utilizada por la anterior administración de César Duarte, donde solo buscaron recursos para engordar sus cuentas personales”, dijo Fernando Álvarez Monje.
Dijo que la primera diferencia es que los recursos que el Estado ahora obtendrá mediante diversas fórmulas, entre ellas la bursatilización (en el extremo caso de que llegara a ser necesaria) y el cobro de derechos (no habrá nuevos impuestos), estarán orientados exclusivamente a desarrollar obras de infraestructura para beneficio de la población, como es el caso de la construcción del Hospital de Cancerología o el de Especialidades en Ciudad Juárez.
Agregó que la segunda y quizá la más importante diferencia es que ahora el dinero sí será manejado con transparencia y honestidad y cualquier ciudadano podrá solicitar y recibir información clara y precisa sobre el destino final que tengan los recursos financieros, cosa que ni de broma sucedió en la anterior administrador. “También se le olvida al fallido candidato a gobernador que es cómplice de Duarte, cuando aprobó como diputado el endeudamiento exorbitante de las finanzas públicas comprometiéndolas hasta el 2044”, señaló.
“Ellos sí intentaron engañar durante seis años a la población, pues mientras destrozaban las finanzas estatales para obtener beneficio personal, pregonaron en toda la entidad que todo marchaba muy bien y que era “urgente” continuar con las políticas usureras del pasado sexenio; afortunadamente la población no se dejó engañar y con su voto los puso en su lugar”.
Álvarez Monje finalizó al refrendar que el PAN tiene un compromiso muy firme con la población, de vigilar que la recaudación de ingresos por parte del Estado cumpla con las premisas fundamentales que fueron cimiento de la campaña electoral blanquiazul: que se justifique ampliamente la recaudación fiscal con un propósito claro y certero, orientado siempre al bien común, y que ésta sea justa y equitativa cuando involucre la aportación económica de los ciudadanos a las estrategias de recuperación de las finanzas estatales.