La decisión del presidente ruso, Vladímir Putin, de no responder de forma simétrica a la expulsión de 35 diplomáticos rusos y al paquete de sanciones impuesto este jueves por el presidente saliente de EE.UU., Barack Obama, ha sorprendido a muchos medios y expertos, que daban por hecha la expulsión mimética de otro tanto número de diplomáticos estadounidenses por parte de Rusia, según el principio de reciprocidad. Algunos incluso vaticinaban una respuesta “asimétrica”, como la CNN, que remitiéndose a una fuente oficial, informó que Moscú se disponía a cerrar una escuela donde estudian hijos de los diplomáticos estadounidenses.
Sin embargo, el presidente ruso sorprendió a todos los analistas y, decidido a no estropear la Nochevieja de los diplomáticos estadounidenses en Moscú, no solo no cerró la escuela, sino que invitó a los hijos de éstos a celebrar el Año Nuevo en una fiesta infantil en el Kremlin. Según explicó el mandatario, Moscú dará pasos para restablecer las relaciones entre Rusia y EE.UU. basándose en las acciones de la siguiente Administración, la de Donald Trump.
Muchos, incluido el propio Trump, calificaron la reacción de Putin de “inteligente”. El exdirector de la CIA, James Woolsey, afirmó en una entrevista con la CNN que Putin “jugó sus cartas con perspicacia”. Asimismo, denunció que en la controversia por la supuesta influencia rusa en las elecciones estadounidenses a través de ‘hackeos’ “el presidente Obama ha jugado el papel de investigador, fiscal, juez y jurado”.
El ‘enfado de tu enemigo’ como medida de progreso
“Putin no pone en marcha la propuesta del ministro de Exteriores de expulsar a diplomáticos y espera a Trump reconociendo que Obama es un ‘pato cojo’. Es un paso inteligente”, sostiene el columnista y presidente de la consultora Eurasia Group, Ian Bremmer. Mientras, la periodista Trish Regan, autora de su propio programa televisivo, escribe que “la ausencia de venganza pública por parte de Putin (su renuencia a expulsar a diplomáticos estadounidenses) hace que el paso de Obama parezca amateur“.
Por su parte, el periodista Bill Mitchell cree que la negativa de Putin a pagar a la Casa Blanca con la misma moneda hace parecer a Obama como un “niño petulante”. En otro tuit escribió que “una buena manera de juzgar cuál es tu progreso es ver cuán enfadados están tus enemigos”.
RT Noticias