Los espías son generalmente considerados como espectadores que silenciosamente roban secretos en las sombras, informó The New York Times.
Pero las versiones rusas, educadas en las técnicas utilizadas durante la Guerra Fría contra los Estados Unidos, tienen un objetivo más ambicioso: formar, no sólo fisgonear, la política de una nación que la KGB de la era soviética era el “principal adversario”.
Eso es la conclusión de un informe desclasificado divulgado el viernes que describe lo que las agencias de inteligencia de los EU consideran una elaborada “campaña de influencia” ordenada por el presidente Vladimir Putin con el objetivo de sesgar el resultado de la carrera presidencial de 2016.
Pero la falta de evidencia concreta en el informe de la intromisión del Kremlin fue recibida por políticos y comentaristas rusos ayer con una tormenta de burla, que llevó a las redes sociales a ridiculizar el informe como un popurrí de conjeturas infundadas.
Alexey Pushkov, miembro del comité de defensa y seguridad de la cámara alta del parlamento ruso, ridiculizó el informe de EU como similar a las afirmaciones de la CIA de que Irak tenía armas de destrucción masiva.