Silvio Velo nació ciego. Creció en un rancho argentino, en una familia de 13 hermanos y espacio limitado, tanto que tuvo que aprender a moverse sin chocar con los demás. Todos, hijos de un hincha xeneize, crecieron pateando una pelota vieja y escuchando los partidos de Boca por un radio de transistores. Eran los años 70 y Silvio, en un mundo a oscuras, se imaginaba los partidos y soñaba con ser el mejor futbolista del mundo.
Hoy en día, Silvio es capitán y goleador de los Murciélagos (selección argentina de ciegos) y estrella de Boca. Ha sido dos veces campeón del mundo y tres veces medallista olímpico. Es padre de siete pibes y reconocido como el Maradona ciego. También es conferencista, escritor y entrevistador. A sus 45 años dice que está cerca del retiro.
Naciste ciego.
Ciego y con la pasión del futbol, aunque muchos no entenderán cómo es que me emociono por un deporte que es completamente visual. Yo, desde chico, jugaba con mis amigos en los potreros, en canchas improvisadas. Era el único ciego.
Uno más del barrio.
Sí, sí, también jugaba a las escondidas y nunca encontré a nadie. Y andaba en bicicleta. Fui un niño de barrio humilde, como muchos otros, sólo que a oscuras.
¿Y tu equipo?
Boca Juniors, siempre. Mi padre era hincha de Boca y nos hizo a sus 13 hijos hinchas xeneizes. Escuchábamos los partidos en la radio y lloraba cuando perdíamos. ¿Mi ídolo?, crecí con los grandes del 70, me acuerdo mucho del Loco Gatti. Aquel portero siempre inventaba algo, se sacaba la pelota y salía jugando. Era fanático del Loco.
¿De qué color es la camiseta del Boca Juniors?
Azul y oro.
Tú naciste ciego, ¿qué es azul y oro?
Para mí sólo son palabras, pero son los colores de mi equipo. Siento la playera y lo que representan sus colores.
¿Y cómo es La Bombonera?
A mi manera, La Bombonera es mucho ruido, son cánticos. Se cimbran las tribunas.
¿Y el Loco?
Alto y muy flaco.
¿Ibas mucho al estadio?
Muy poco. Vivo en San Pedro, a 170 kilómetros de capital federal y no había plata. Era vivir los partidos en los gritos de un locutor que salían de un radio.
Creciste y te hiciste el mejor futbolista ciego del mundo.
Tengo dos Copas del Mundo (2002 y 2006) con los Murciélagos (selección argentina) y tres medallas olímpicas (plata en Atenas, bronce en Beijing y bronce en Río). También cumplí el sueño de jugar con Boca Juniors, casi al final de mi carrera. Tengo 45 años y soy un afortunado.
¿Quién es Silvio Velo?
Hace 25 años que soy el capitán y goleador de la selección argentina de ciegos. Es futbol 5, donde cambias posición. El único que puede ver en la cancha es el portero y se juega con una pelota con cascabeles. Jugamos con los ojos vendados, porque algunos jugadores pueden ver sombras y se trata que todos participemos a oscuras, menos el portero.
¿Tú sueñas?
Sí, claro. Sueño como vivo, qué sé yo. Sueño los partidos y a mis hijos. No es que vea en los sueños, pero hay sonidos.
¿Qué te digan el Maradona ciego es un sueño?
Es un referente. He tenido la suerte de conocerlo e ir su programa (La noche del diez) y siempre hablando de futbol.
Hace 30 años el comentarista uruguayo Víctor Hugo Morales hizo famosa aquella narración de Barrilete cósmico cuando el Diego sembró a los ingleses en el estadio Azteca. El mismo narrador cantó tu gol, hace 10 años, cuando metiste el tanto por el título mundial ante Brasil, en territorio argentino.
Son coincidencias y algo muy lindo. Todavía escucho aquella narración y me dan escalofríos.
¿Hiciste un libro?
Lo lancé el pasado 3 de junio y era un tema pendiente. Se llama Cuando hay voluntad hay mil maneras. Escribo de cómo superarse ante la adversidad y seguramente estará en braille, en la próxima edición.
Eres ciego, pero escribes y ahora preparas un proyecto en la tv.
El proyecto se llama Velo bien, voy de conductor charlando con personajes como Maradona, Messi, Sacheri y Ginobili. Contarán cosas que no se miran en las canchas.
También dar charlas motivacionales.
He viajado por el mundo contando mi historia, desde China, casi toda América Latina y Europa. También he estado en México. A veces charlando y otro tanto pateando el balón.
¿Qué pláticas?
Entre muchas cosas, que de niño éramos 13 hermanos y nuestros padres. Vivíamos en un rancho de barro y había dos habitaciones, en una dormían nuestros viejos y en la otra los hijos. Siempre digo que dormíamos tan incómodos que nos levantábamos para descansar, jaja. Son cosas superadas y uno las cuenta como chiste.
¿Cómo recuerdas tus goles, cómo los partidos y los rivales?
Depende de su importancia. Soy el goleador del equipo, pero recuerdo el gol del mundial en Argentina ante Brasil. Recuerdo los gritos, los movimientos, las fechas. A los rivales los reconoces por sus voces y sus debilidades. Estudiamos para dónde se lanza tal portero o si tal equipo tiene un delantero peligroso.
¿En las canchas se gritan de todo?
Es futbol. No te voy a decir lo que me gritan los rivales, pero muchos insultos son saludos a tu madre y a tu hermana. Nada fuera de lo habitual.
¿Te pagan por jugar?
No ganas lo que los profesionales, pero el estado te paga para que vivas lo normal y te dediques a entrenar. La entrada a los partidos es gratuita.
¿Tienes algún apodo?
A mí me dicen chueco porque soy chuequito de piernas.
Eres ciego y con las piernas chuecas. Goleador y mejor jugador ciego del mundo. ¿Cómo dominar un balón que no ves y mandarlo a un portería cuya imagen no existe?
Y bueno, es práctica. Además, dentro de los equipos siempre existe una persona que se pone detrás de la portería rival y te grita para dónde mandar la pelota. Claro, uno decide qué hacer con el balón.
¿Has jugado con personas que ven?
Muchas veces lo hacemos, les vendamos los ojos para que se pongan en el lugar del otro. Una vez, en 2001, hicimos un video con la selección mayor de Argentina. Estaban Crespo, Riquelme, Almeyda y el Piojo López. Jugamos con los ojos tapados y les ganamos 7-0. En 10 minutos.
Fuente: Excélsior